Capítulo 5

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Querido amigo:

Te voy a explicar unas ideas que se me han ocurrido hoy en clase y apunté un poco en un papel. Dicen que escribir los sentimientos ayuda a mejorar el ánimo. Lo voy a transcribir porque creo que merece la pena que te lo cuente:

Parece que se ve al hombre como al malo, al depredador sexual, el que va de chica en chica sin aparentes emociones sinceras o remordimientos.

Confieso haber pecado en este caso.

Hace algún tiempo, caí enamorado de una chica. La quería más que a mí mismo, aunque por aquel entonces eso no era mucho decir. Con ella fui feliz, pero su amor alimentaba un profundo miedo en mi interior. Desconfiaba de mí mismo.

Tenía miedo de dejarla.

Tenía miedo de no estar allí cuando ella lo necesitara.

Y la lista seguía.

Reconozco que eran temores infundados, pero en algunos casos (miedo a ser infiel, o el ya mencionado, a dejarla) me llevaba a no hablar mucho con otras féminas.

Junto a ella, y de vez en cuando, un ramalazo de amor me obligaba a decirla que quería pasar mi vida a su lado. Con el miedo siempre presente, jamás reuní el coraje suficiente como para prometer nada.

Ella, como un resorte, me decía que siempre estaría conmigo. Alguna vez, incluso, me hizo algo bonito. Sacó un lado suyo, el de loca por las matemáticas, que tanto me gustaba, y en una hoja en blanco escribió:

Resuelve la inecuación, donde "x" es mi amor, e "y" el tuyo: x>y

Aparte de cosas así, era bastante callada. Claro que todo esto ya lo sabes... Pero te refrescaré un poco la mente. No creo que recuerdes todo lo que te cuento, y no me extrañaría que ni te molestaras en hacerlo. Nadie lo hace.

No seré tan duro contigo, ya te conté que esto es de hace ya bastante tiempo.

Mi situación de aquel entonces me recuerda a una frase que vi en internet: "Es muy fácil quitarse la ropa y tener sexo. La gente lo hace todo el tiempo. Pero enseñarle el alma a alguien, dejarles ver tus pensamientos, miedos, esperanzas, sueños... Eso sí es estar desnudo".

Embobado y ciego como estaba, no me di cuenta de que ese grado de "desnudez" solo se daba en una de las partes.

En definitiva, era vulnerable. Con tales fallas en mi muralla, un ariete empezó a derrumbarla.

Ella me dejó.

Y tras ese ariete llegaron otros, irrelevantes en este texto, mi paciente amigo. Rompió todas y cada una de las promesas. Dejó de hablarme. ¿Cómo puede ser el amor tal que de que te importe tanto una persona pase a un desinterés por todo lo que tenga que ver con dicho sujeto?

Creo que es suficiente por hoy. Otro día, anónimo amigo, te contaré cómo el ejército enemigo saqueó mi castillo, destruyendo todo lo que no pudo llevarse. Hoy mismo lucho por que tal fortaleza se mantenga en pie, pero es difícil sin ella.

¿Qué curioso, no? Ella tuvo cuidado al principio porque pensaba que la haría daño. ¡Y yo pensé lo mismo!

He estado divagado un poco, lo sé. Es lo que tiene escribir tus pensamientos, que vagan libremente. Tú, mi... desconocido amigo, ya sabes cómo soy, y cómo lo estoy pasando. Espero que perdones mi desorden.

Sólo quería contarte que... Sin murallas, el agua del foso está invadiendo mi residencia... mi vida... y yo era el que la iba a dañar.

Sólo quería decirte cuán bipolar me parece el amor.

Sólo quería desahogarme.

Buenas noches, mi comprensivo amigo.


Puff, sé que ha quedado un churro, pero encaja un poco con la temática del diario, ¿no? 

Para las malas lenguas, no está dirigido a nadie, es ficción, solo una de las muchas cosas raras que pasan por mi cabeza cada día.

Dejadme vuestra opinión en los comentarios, por favor.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2016 ⏰

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