La serie de acontecimientos de hoy me lleva a este escrito, que conservaré y espero ver dentro de unos años, cuando sea adulto, para ver si mi opinión ha variado.
Le he estado dando vueltas a todas horas, escuela incluida, coas que se me ha notado porque el profesor de biología ha intentado hacerme fallar con una batería de cuestiones sobre el tema impartido hoy. Como de costumbre, no fue exitoso.
Creo que me tiene cierta "manía", como el resto de mis compañeros. Sólo consiguen recordarme la frase de "los seres humanos nacemos con envidia, vivimos con envidia y morimos con envidia". Pero regresemos al punto de interés. Comenzaré con el detonante de mi secuencia de pensamientos.
Hoy, en las lecciones conjuntas con la clase de Diversificación, un chico estaba haciendo algo, no vi el qué, con un móvil de última generación del que no paraba de fanfarronear. "Mirad que móvil más chulo tengo" cambiará a "Recordad qué móvil más guay tuve". El caso es que la profesora de dibujo se lo ha confiscado. El problema llegó cuando el chico en cuestión no lo aceptó y llegó a golpear a la profesora. Hicieron falta tres alumnos para reducirlo. Todo eso me hico pensar en, por ejemplo, que ese estudiante había recibido una beca de transporte y otra de comedor. En su momento, me extrañó que tuviera dinero para un teléfono inteligente y no para venir en autobús al colegio.
También me llama poderosamente la atención la actitud de varios alumnos de Diversificación.
Siempre que he pasado por delante de su aula en horario lectivo me sorprendió la falta de atención hacia la lección, además de algún que otro gesto obsceno dirigido al docente.
Por el contrario, yo me aburro en clase, saco la máxima nota sin esfuerzo y si pido más temario o de mayor nivel me dicen que no me van a tratar de forma diferente a los demás.
Me parece un comportamiento que, como mínimo, roza la hipocresía.
Y por eso te escribo a ti, es decir, a mí mismo, que ya soy adulto. Me parece curioso utilizar el tiempo presente, pero esta carta con una entrada de mi diario es una máquina del tiempo. Curioso.
Y con esta pequeña divagación concluyo la reflexión de hoy. ¿Por qué se desperdician (aunque no será así en todos los casos, espero) ayudas a gente que las malgasta y a los alumnos más capaces no se les exige más?
Tal vez tú, mi yo futuro, puedas hacer algo.
Se despide,
Iván
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101 Vidas
FantasyRaquel se despertó. No sabía lo que pasaba, sólo quedaban retazos de una vida anterior. Y otra, y otra. Y, mientras se dormía, empezó a vislumbrar la siguiente.