Todo comenzó en la Segunda Edad del año 3441 en un bosque llamado Lothlórien, ubicado al este de la Montañas Nubladas en la Tierra Media. Precisamente cuando elfos y hombres batían en el campo de batalla la maldad de Sauron, el Señor Oscuro, el enemigo de los pueblos libres. En aquel maravilloso bosque, bajo la luz de las estrellas, una pareja de elfos formada por la Dama Blanca y el más sabio de todos, vieron nacer a su segunda hija. A la pequeña criatura decidieron bautizarla con el nombre de Lörien en honor a los asombrosos y pacíficos jardines, los cuales se encontraban situados en la hermosa región de Valinor, Aman. Aquella niña nació en gracia y belleza, y quien la contemplaba era encantado por sus brillantes ojos azules, los cuales inducían a olvidarse y a perderse del mundo, radiando una luz tan incomparable capaz de transmitir paz y tranquilidad en los momentos más sombríos, y su cabello era de un sublime dorado, al igual que los rayos del sol; su belleza era propia de los Noldor, los Altos Elfos, sus antepasados.
La menor del clan de Lothlórien fue amada y adorada por todos los habitantes de aquel sereno lugar y cuando llegó al mundo, sus padres la amaron con fervor y pasión al punto de quedar perdidos y maravillados, en especial su hermana mayor, Celebrían. Al verla, supo que era la flor más hermosa que puede crecer en la adversidad. A pesar de la gran crueldad y maldad que había en el aire, la noticia llegó a cada rincón de la Tierra Media, incluido al gran Sauron. Muchos festejaron su nacimiento porque sabían que la luz llegaba a sus días oscuros. Quizás era demasiado aquello ya que sólo era una bebé elfo en un enorme mundo, pero las noticias de ese tipo no pasaban desapercibida y menos viniendo de aquellos grandes elfos.
Luego de su nacimiento varias lunas pasaron, siendo tranquilas y plagadas de felicidad hasta que llegó aquella oscura y tenebrosa noche donde dos extraños burlaron a los guardias y cometieron algo que no sólo afectaría a la familia y al pueblo de Lothlórien, sino que también a sus conocidos e incluso a los Altos Elfos, quienes estuvieron al tanto de aquel desalmado acto, observando en el más allá.
ೃ✧˚✧ೃ
ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ
ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ
ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ
ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ
ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ✧˚✧ೃ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
