Movimientos del Destino

LAS PEQUEÑAS HISTORIAS.

Camine hacía la habitación de mí madre con la foto entre mis manos. Di unos leves golpes en la puerta recibiendo de parte de mi mamá un "pase".

Entre y ahí estaba ella en la cama leyendo libros como siempre.

-Mamá, ¿quien es esta mujer?

le entregue la foto y de a poco sus ojos comenzaron a cristalisarce.

-ella es... es mi madre pequeña, tú abuela.

-es muy bonita te pareces mucho a ella.

-ella era mucho mas hermosa.

-¿donde esta ella ahora mamá?

-¿te gustaría ir a verla?

-¡¡siii!!

-¿que tal si mañana la visitamos?

-¿vamos con Aiden?

-si, le dices tú y mañana nos vamos temprano, ¿okey?

-si mamá.

-hija, ¿duerme conmigo hoy por favor?

-claro mamá, me voy a ir a poner pijama y vengo.

salí de la habitacion y me fui donde Aiden.

-¡¡¡Aaaaaiden!!!

-¿que quieres Cristal?

-ven a dormir conmigo y con mamá por favor.

-humm, está bien.

salte emocionada y luego Aiden y yo nos fuimos a la habitacion de mi madre.

* a la mañana siguiente*

nos subimos al auto y mi mamá comenzo a manejar, luego de unos 15 minutos estaciono.

-vengo enceguida, quedense aquí.

se bajo del auto y se fue hacía una floreria que estaba cerca, luego de un rato llego.

-ahora si, vamos bajense.

Aiden y yo nos bajamos del auto y la seguimos por la calle.

-¿mamá porque compraste flores?

mire a Aiden, mientras le hacía la prengunta a mamá.

-porque siempre que uno viene al cementerio, tiene que traer flores.

-¿porque estamos en el cementerio mamá?

ella dejó de caminar y nos miro a ambos.

-porque aqui está su abuela.

apunto con su mano hacía una lapida y nos comenzó a contar fascinantes historias sobre mi abuela, Aiden y yo lloramos con la mayoría de ellas.

luego de un rato volvimos a la casa y cuando llegamos papá estaba en el sillón y miraba a mamá con cara enojada.

-Trisha ven.

mi mamá lo siguió por el pasillo, Aiden y yo nos miramos y corrimos detras de ellos, se encerraron en el despacho de papá.

-no hagas ruido-le dije a Aiden recibiendo de parte de él una cara de poco amigos.

pusimos ambos la oreja en la puerta y escuchamos.

-Trisha es que acaso no puedes siquiera decirme que saldrian.

-te llame para decirte y no contestabas el telefono.

-¡¡¡yo trabajo Trisha!!!

-¡¡no me grites Eduard!!

sentimos un fuerte golpe contra la puerta, y Aiden y yo no asustamos.

-¡¡Trisha!!, ¿porque nos hacemos esto?

-Eduard tú te lo haces a ti, yo te amo cada día más, pero no puedo hacer que tú me ames.