EXTRA 2: El viaje de BB (parte II)

45 4 0
                                    

Pasó un mes maravilloso con mi madre, incluso mejor que los demás meses que había pasado con ella haciendo muchísimas cosas: por fin fuimos a la isla de Pascua con esas enormes estatuas que llamaban "moais" y eran enormes, tanto que al alzar la cabeza bien en alto para ver el final de estás me caí en la blanca arena con una mueca de asombro. Visitamos numerosos museos con alegría y con ese ánimo que mi madre siempre trataba de calzar para darme una gran alegría al estar junto a ella, pero últimamente y a escondidas la llego a ver llorar y no sé el porqué. Han llegado las épocas navideñas y dentro de poco tendré que volver a la pizzería, el año pasado las pasé con mi madre y este año gracias a la, al fin presente, compasión de mi padre podre pasarlas en la pizzería con todos mis amigos. A veces camino por la casa dando saltitos alegremente mientras pienso en que regalarle a mis amigos por navidad aparte de mi
presencia allí, la emoción es inexplicablemente enorme. Pero a la vez que mi emoción crece, la tristeza de mi madre igualmente crece, cada vez se encierra más en su habitación pensando que siempre estoy centrado en la televisión o el teléfono.

Tengo miedo de preguntarle y que realmente sea algo grave, pero si no le pregunto y me voy me quedaré con la angustia de que algo le está pasando y no tengo ni idea de que es, así que voy a preguntarle para averiguar mis dudas. Me dirijo a su habitación con las manos temblando y giro la perilla de la puerta para abrirla lentamente: ahí está ella, llorando con una foto mía entre sus brazos, abrazándola con cariño y tristeza inmensa.

-Mi pequeño... Lo hago por ti, para que seas feliz y todo esto para ti termine -susurra ella con su continuo derramar de lágrimas, ¿cómo que lo hace por mí? Es hora de saberlo.

-¿Qué estás haciendo por mí mamá?

Ella se voltea hacia mí con sorpresa debido a mi intrusión en la habitación, secando sus lágrimas rápidamente y tratando de verse como si todo estuviese bien.

-Nada hijo, todo está bien así que no te preocupes -dice ella forzando su sonrisa.

-Mamá, tengo 14 años y veo de sobra que algo no está bien, me estás ocultando algo y eso te apena, quiero saber la verdad... -por unos segundos ella me mira con esa máscara para después romperse y mirarme con lástima.

-... Te hemos dado en adopción...

-¡¿Qué?! -me van a dejar con otra familia, me abandonan...

-Te vas a quedar con Puppy... -espera, ¿ha dicho Puppy? -Sé de sobra que eres muy feliz en esa pizzería, y que nada más terminas de estudiar en el instituto te dedicas a trabajar en la pizzería, es por ello que tanto tu padre como yo hemos decidido que te quedes con ella y su hermano Mario, queremos que dejes de soportar estos largos viajes y que te quedes en un lugar fijo.

Todo... Lo está haciendo por mi bien... Abrazo a mi madre con tristeza y comienzo a llorar acurrucado en su pecho, ella también llora pero me susurra cosas como "todo es por ti" o "es lo mejor es lo mejor que podemos hacer". Es la mejor madre que he podido tener, pensar que hace tal cosa por mi bien...

Y pasan los pocos días...

Llegamos al aeropuerto en el coche de mi madre y buscamos con la mirada mi vuelo, que todavía no sale ya que falta todavía una media hora antes del despegue. Nos dirigimos a esas sillas que se encuentran al lado de las puertas de embarque donde esperas a que en tu vuelo permitan embarcar. Mi madre acaricia mi cabello con delicadeza, con un mimo como si fuese una muñeca de porcelana que con el mínimo roce vaya a romperse.

-Ya ha llegado la hora mi pequeño -dice mi madre en un tono tranquilo -Seguro que piensas que es un momento triste porque nos.tenemos que despedir y pensarás que ya no nos volveremos a ver, pero no debe pensar de ese modo.

-¿Y cómo debo pensar mamá? -pregunto igualmente en un tono tranquilo, esperando su respuesta con cierta melancolía.

-Debes pensar en que podrás estar con tus amigos, que podrás dejar de viajar constantemente con esas turbulencias tan horribles, que podrás descansar, que vas a ser feliz -dice ella con una sonrisa más sincera -Piensa en cosas felices, en que nos volveremos a ver en alguna ocasión y que podremos contarnos todo lo que hayamos hecho en el tiempo en el que no nos hayamos visto.

-... Gracias por hacer esto mamá... Te quiero mucho...

-Yo también te quiero mucho Billy...

El silencio se hace por unos momentos, un silencio tranquilizador y no incómodo hasta que la voz del altavoz avisa a los pasajeros a embarcar. Mi madre me abraza y yo correspondo con cariño, con ganas de poder volver a verla y sonreírle otra vez. Me separo con cuidado y avanzo con decisión a la puerta, mirando una última vez atrás y viendo a mi madre, con una sonrisa, esperando lo mejor para mí.

Cosas de osos (Fnaf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora