Seis. Atrapado

1.7K 282 30
                                    

Desperté e intenté estirarme, pero algo me lo impidió, o mejor dicho, alguien. Jimin se encontraba a mi lado, mantenía una respiración calmada, al igual que su expresión, y su boca estaba levemente abierta, dejando salir pequeños suspiros. Tan tierno...

Una semana después de aquel beso, y aquella tierna y bella imagen... comencé a dudar acerca de mi vida, ¿debía contarle que estaba enfermo? No, no era el momento, y tal vez luego se eso se alejaría como el resto... No quiero tenerlo lejos de mí. ¿Debía dejar de beber café? Miré mi calendario con una cruz en el número cuarenta, y las lágrimas se asomaron a mi rostro.

No sabía que demonios hacer. Moriría de igual forma, sólo alargaría la espera, y el dolor sería más. Me sentía completamente atrapado entre mis pensamientos y sentimientos. Si yo realmente le gustaba a Jimin, él sufriría cuando yo me fuera... ¡Mierda!

Tomé el frasco del café y le eché tres cucharadas cargadas a mi taza, cinco de azúcar y luego agregué el agua. Estaba tan asqueado, pero me sentía tan idiota que seguí bebiendo, con las lágrimas bañando mi rostro. Sollozaba y gritaba. ¡Maldita sea! Me preparé otra desmedida taza de café, y otra, y otra más, hasta terminar en el suelo.

-¡Hyung! ¡Ha despertado! Gracias al cielo... -miré confundido a Jimin, quien lloraba y me miraba asustado- estaba a punto de llamar a una ambulancia... -susurró- aunque creo que aún debo hacerlo

-¡No! -grité y mi cabeza dolió, al igual que mi estomago, gemí de dolor.

-Hyung, no sea bruto, voy a... -la desesperación invadió mi cuerpo cuando lo vi acercar su celular al oído y se lo arrebaté como pude, sintiendo como todo mi cuerpo se contraía y realmente me sentía mal- ¡Hyung! -reclamó.

-Mejor ayúdame a sentarme -pedí con una mueca de dolor, él asintió de mala gana y se levantó, sujetándome del hombro y la cintura- ¿cómo terminé en la cama? -pregunté evitando quejarme cuando una punzada recorrió mis costillas al sentarme.

-Te pillé tirado en el suelo cuando llegué, y realmente me asusté mucho, pero traté de calmarme pensando que sólo era un desmayo y despertarías, así que te tomé y te traje aquí... pero me equivoqué -sorbió su nariz- hyung... no despertabas y yo, yo sentía que me moriría, no sabía que debía hacer, usted estuvo inconsciente durante casi seis horas -sollozó, esta vez la punzada fue en mi corazón, y era la culpa, lo tenía claro. Jimin... Si supieras que voy a morir...

-Lo siento... -susurré, él negó.

-No puedo perdonarte hyung -mordí mi labio inferior fuertemente.

-¿Por qué...? 

-¿Qué quería hacer hyung? -me interrumpió- Lo hizo adrede, ¿no? -atacó, tragué saliva sin encontrar palabras- ¿Por qué? -se largó a llorar y una lágrima recorrió mi mejilla, me sentía avergonzado, atacado, confundido, yo no quería provocar esto, sólo buscaba calmar mi propio dolor. Que egoísta he sido- Encontré el tarro de café casi vacío, ¿sabe lo que puede provocar una sobredosis de cafeína? -trató de limpiar sus lágrimas con el dorso de sus manos, pero caían y caían sin parar.

-Jimin yo...

-No -me volvió a interrumpir- no quiero escucharlo, por lo menos no ahora -asentí, volvió a sorber su nariz y sentí como mi rostro se empapaba en silencio- ¿Por qué no quieres ir al hospital? Quiero llamar a la ambulancia, quiero asegurarme de que estarás bien, maldita sea -rugió golpeando el colchón.

Salió de la habitación y cerró de un portazo. ¿Por qué todo lo hacía mal? Mierda... Cerré los ojos y dejé que mis lágrimas fluyesen  por completo.

Al despertar, el sol se colaba por la ventana, solté un suspiro y me levanté. Caminé hasta la cocina y me preparé una taza de té, ya era suficiente con lo de ayer, por lo menos por ahora... Jimin no estaba ahí, tampoco se encontraba en el baño, pero su teñido cabello lo delató parado junto a la ventana del living.

-¿Jimin? -lo llamé despacio y se giró con una expresión neutra.

-¿Qué es esto hyung? -preguntó apartándose hacia un lado y dejándome ver el calendario con cuarenta cruces rojas y sesenta números esperando por ser marcados de igual forma. Tragué saliva.

-Eso... eso es... una cuenta regresiva -respondí sin mirarlo a los ojos.

-¿Para qué?

-¿Ah?

-¿Para qué estás contando días? -le di un gran trago a mi té- ¿qué tomas? No me digas que de nuevo estás bebiendo café -se acercó rápidamente y negué con la cabeza.

-Es té, no te preocupes -susurré, soltó un suspiro de alivio y me miró, ambos mantuvimos la mirada en los orbes del contrario.

-No quiero que te pase nada malo hyung -acarició mi mejilla, alcé mi mano y acaricié su cabello.

-Prometo no volver a hacer algo estúpido -sonrió y apenas me sentí capaz de corresponderle.

Se acercó lentamente a mi rosto y unió nuestros labios, esta era la faceta de Jimin que nunca había visto, así de dominante. El beso era suave pero necesitado, porque yo lo necesitaba para mantenerme en pie. Para salir de este maldito laberinto sin salida, porque con Jimin sentía que lo imposible era posible.

Y si me sentía atrapado y ahogado, Jimin estaría allí para sacarme a flote, lo sentía, él me lo decía todo con una mirada...

La sentencia {VMIN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora