Y otra vez he caído.
Siento que los cristales de mi corazón han sido pisados, otra vez.
No era lo mismo, lo noté, tenía que haberme dado cuenta antes y prepararme para el golpe, aunque quizás tampoco habría servido.
Y siempre es lo mismo,
la misma historia,
el mismo daño,
duele por costumbre,
tal vez.