Cap. 6 'Todo tiene un final'.

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-¿Tenemos?-me separo de Rubén para pensar en lo que acaba de decirme. Le miro y este sonríe. 

-¿Qué dices?-me coge por la cintura para acercarme nuevamente a él-. ¿Quieres vivir conmigo?-su sonrisa me deslumbra y puedo notar la ilusión en sus ojos. 

Al principio me resistí a la idea, no porque no quisiera, sino por María y Lara, ¿cómo podría dejarlas solas con todos los gastos? Pero luego de hablarlo con ellas y sacar cuentas, vimos que los gastos no eran un problema. 

Costó lo suyo adaptarse. Primero en principal, por el cambio de edificio y, por ende, de barrio. No estaba muy lejos del anterior, pero aun así, desconocía un poco la zona. En segundo lugar, me costó adaptarme al desorden de Rubén. Vale que yo era desordenada, pero él me superaba, y por mucho. Pero nada que no se pudiera solucionar con una charla y unos besos.

Me sentía llena, me cuesta explicarlo, era como si nada me faltara. Despertar por las mañanas con un tonto tan lindo al lado, era un privilegio. 

Y por alguna razón, la mudanza, hizo que Rubén se pusiera más romántico que nunca. Casi parecía que quería ligarme, aunque me tenía ganadísima hace mucho, claro. Un día se apareció con un portaretrato bellísimo que tenía una foto nuestra, una tomada en Tomorrowland, la primera que nos tomamos.

-'Leí en una página que es importante recordar buenos momentos cada día'-dijo mientras colocaba el objeto en un mueble del salón. No pude hacer más que sonreír como la tonta enamorada que era gracias a su cursilería sacada de Internet. 

Dejando de lado mi vida amorosa, se preguntarán cómo se encuentran nuestros amigos y seres queridos.

Mi madre, por fin ha encontrado pareja. Es un hombre muy bueno, la respeta y la ama con locura. "Parece que el amor llega a cualquier edad", me dijo una tarde. Esto me llenó el alma de felicidad, ella merecía a alguien que la hiciese feliz, y encontró a esa persona. 

Isabel venía muy seguido a casa, a veces hasta se quedaba a dormir. Con Rubén le enseñamos a escribir su nombre, los nuestros y los de sus padres, aunque Rubén insistía en enseñarle algunas palabras en noruego, cosa que no le permití. No era cuestión de volver loca a la pobre niña, todo a su tiempo. 

Lara y Mangel, estaban en su mejor momento, aunque se resistían a mudarse juntos, ya que decían que eso "arruina relaciones", a lo que respondí con "ah, pues muchas gracias por vuestro apoyo" y una risa.

Por otro lado, María ha quedado con Samuel durante más de dos semanas. Y, luego de un tiempillo, ya pudimos verlos emparejados nuevamente cuando quedábamos todos juntos. Esto nos puso muy contentos a todos, sabíamos que iban a volver, se notaba el cariño que se tenían. 

Claudia y Josh, lo dejaron al poco tiempo. Hablé con Josh sobre eso un día, ya que le veía muy deprimido. "No me sentía a gusto, ¿es posible desenamorarse de alguien?", preguntó. A lo que contesté con un "si"  y "ya llegará su princesa, príncipe". Le habíamos puesto ese mote con Rubén, ya que decíamos que parecía un príncipe por momentos, aunque no descubrimos qué era lo que le daba ese aire. Quizás era su postura tan perfecta.

Algo que nos tomó por sorpresa a todos, fue David. Durante varias semanas, le vimos muy risueño. "Tiene novia", pensamos. Pero nos dejó con la boca abierta al aparecerse de la mano con un tío castaño de ojos verdes en una cena. "Os presento a Andrés, mi novio", declaró. Nadie pudo evitar ponerse feliz por él, porque se lo veía contento. Le felicité por tener la valentía que presentarlo y me dijo "creo que nunca mencioné que soy bisexual, ¿verdad?". Sorpresa por dos. Pero en fin, que estábamos muy felices por ellos.


A fin de año, Rubén me despertó por la madrugada, dando saltos en la cama.

-'¡Despierta, cariño, despierta!'-dijo llenándome el rostro de besos.

-'¿Qué pasa?'-pregunté molesta, negada a abandonar los brazos de Morfeo. Aunque de poco sirvió, siguió molestándome hasta que me senté en la cama de mala gana-. '¿Qué?'

-'Te tengo una sorpresa'-dijo con una sonrisa de oreja a oreja y el portatil entre las manos. Me lo pasó-. 'Lee'-exigió. Temerosa, leí lo que mostraba la pantalla. Era un recibo de compra. 

Tuve que leerlo por lo menos cinco veces, aunque seguía sin creérmelo. 

-'¿¡Vamos a ir a Tomorrowland!?'-pregunté gritando de felicidad, apartando el portatil y lanzándome hacia él para rodearle el cuello con los brazos.


Meses más tarde, allí estábamos, recorriendo aquel lugar tan mágico de Bélgica que nos había unido, volviendo a nuestros orígenes. 

-'Sonríe, unicornio' -dijo estirando el brazo con el móvil en mano. Pasé un brazo por su cintura y sonreí hacia la pantalla. No pude evitar emocionarme al ver la foto más tarde. Estábamos igual que hace un tiempo, con aquel arcoíris gigante detrás nuestro, era una perfecta recreación de nuestra primera foto. 

Fue uno de los viajes más hermosos que hicimos juntos. Recorrimos cada rincón de aquella zona llena de colores y música, reímos y bailamos por los viejos tiempos, por aquel toque del destino que nos había unido. 

Comprendí que por fin todo estaba en su lugar. Tenía la madre más hermosa del mundo, al mejor novio de todos y los amigos más buenos que uno podría imaginarse. ¿Qué más necesita uno para ser feliz?

Y si bien todo el mundo conocía a Rubén por su trabajo, por ser 'elrubiusOMG' y ser por ende el youtuber más reconocido de España, fuera del foco, solos en nuestra casa o en cualquier lugar en el que estuviéramos juntos, siempre sería el chico que derramó un vaso de agua sobre mi, el del mote raro, el que me llamaba unicornio, el que siempre estaba dispuesto a ayudar, el que estuvo a mi lado más allá de mis mil problemas e idas y vueltas... 

Pero sobre todo... siempre sería el chico de Tomorrowland. 


Fin.

El chico de Tomorrowland. |Segunda Temporada de LCDT| (FanFic ElRubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora