Capítulo XIII

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Leticia POV

Llegamos a la fiesta pero para mi suerte ya habían llegado todos, o la gran mayoría al menos. Al frente estaba Antonella mirándome de arriba abajo, parecía que me estaba admirando. No, eso es imposible Leticia ella tiene novio. De repente se giró a mirar a la pista, me miro de nuevo y salió corriendo para afuera. Parecía ¿celosa? Yo no entendí que pasaba hasta que Meri hablo.

Oye prima, te dije que ibas a ser la atención de toda la fiesta – me dijo mientras me palmeaba la espalda.

Oh, ya veo la razón de sus celos. Espera, ¿ella en serio esta celosa de toda esta gente que me mira?

No puede ser.

Me sonroje un poco, toda esta atención me ponía incomoda. Varios chicos y chicas se me acercaron para bailar conmigo pero los rechacé. La chica que yo quería estaba afuera.

De repente la vi entrar con su patético novio. La tenía agarrada de la cintura y le apoyaba su miembro por su hermoso y bien formado trasero. Ella parecía incómoda y un poco asqueada. No quisiera ser ella en esa situación, debe ser horrible y más en frente de toda esta gente. Seguí observándolos hasta que vi que la estaba agarrando más fuerte de lo que debería y señalaba las escaleras. Entendí al instante lo que quería. Ese enfermo quería llevársela a los cuartos. Antonella parecía no querer porque estaba continuamente diciéndole que no quería. El empezó a cincharla. Me pare de inmediato y casi corrí hasta donde ellos estaban. Nicolás levantó la mano para pegarle y yo la agarre en el aire.

Oh amigo, estas muy equivocado si piensas siquiera en golpear a esta bella chica – le dije casi sin pensar. Me miró con odio y yo me llene de orgullo. Su mirada no me intimidaba, era un débil marica que al parecer le gustaba golpear mujeres. Nunca podría ganarme. Yo soy mucho más fuerte que él, lo comprobé cuando detuve su mano. Iba muy fuerte hacia la cara de mi amada pero no demasiado como para que yo no pudiera detenerla.

No te metas perra, esto es entre mi novia y yo – me escupió mientras intentaba zafarse de mi agarre. Aproveche y apreté más la mano para que sintiera hasta donde podía llegar mi fuerza.

Oh si claro marica. ¿Anto quieres subir arriba con este imbécil o prefieres ir conmigo a tomar un helado? Creo que tu estúpido novio te trajo obligada a esta fiesta por lo tanto no quieres estar aquí. Pero tú decides – desee con todas mis fuerzas que aceptara mi proposición. No sé de donde saque la valentía para hacerlo. Creo que desde que me pare de ese sillón y camine hasta ellos fue que decidí que esa chica iba a ser mía.

¿Q-q-que? Ehhh y-yo. Sabes que, adiós Nicolás. Cuando aprendas a respetarme vuelve a hablarme. Lett vamos a tomar ese helado - me dijo. Cuando comenzó a hablar pensé que me rechazaría, su titubeo me puso nerviosa pero por suerte aceptó.

Adiós imbécil – tome a Anto de la mano y salimos de esa estúpida fiesta.  

Mi amor imposible [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora