SASUSAKU SI SE CAMBIARAN LOS PAPELES

MANTEN LA CALMA

-¿Que se cree esa señora para hacerme esto?.

-Sasuke... Yo se que estas muy enojado con Tsunade por hacer que me acompañarás a hacerle escolta a Sakura, pero entiende, Sakura... Sakura-chan al fin regresa a la aldea después de tanto tiempo y yo estoy muy contento por eso, ¡Deveras!.

-Tu no entiendes, Sakura se fue y se burlo de mi de todas las maneras posibles, ella... Lo fue todo para mi y ahora es... Es tan insignificante como una triste mosca.

-Sasuke, escucha, espere mucho para que Sakura se decidiera a regresar y no dejaré que por el berrinche de una persona caprichosa lo eche a perder ¿escuchaste?.

-Hmp, si por mi fuera, desearía que ella hubiese desaparecido del planeta.

Naruto no pudo seguir escuchando aquellas palabras de Sasuke, lo tomo por el cuello de la camisa que Sasuke llevaba, lo levantó y le dijo.

-¡Estoy cansado de que actúes como si Sakura-chan fuese poco importante para ti, ambos sabemos que no es así, que la extrañas igual o incluso mas que yo!, maldita sea Sasuke, ¡Cuando vas a entender que esa maldita actitud tuya no va a hacer que llegues a algo con Sakura!, ya la perdiste una vez, si quieres perderla de nuevo entonces esta vez seré yo quien se acerque a ella y la enamore, ¿¡escuchaste!?.

-Por mi... Quedatela.

Sasuke se soltó del agarre de Naruto y lo único que hizo fue caminar y decir que solo cumplía con su misión.

A pesar de que Sasuke sabia que aun adoraba a Sakura el hecho de escuchar a Naruto decir eso no significó nada para Sasuke, no sintió celos o dolor alguno, tal vez era porque se trataba de Naruto, o tal vez porque... Ya no sentía nada por Sakura, fuera por lo que fuera Sasuke solo trataba de mantener la calma y no hacer nada cuando se encuentre con Sakura.

Después de caminar varías horas ya era el momento, habían llegado donde Sakura estaba, y así era, ella ya estaba allí, igual de linda que antes, tal vez incluso un poco mas.

*bien Sasuke, es hora de guardar la calma*
el pelinegro no sabia lo que le esperaba en las horas que faltaban de camino.