18:12 P.M.
- Venga Luke, levántate tío, mis padres ya llegaron.
- ¿Qué pasó?
- Pues... te acostaste en el sofá y al parecer te quedaste dormido con los ojos abiertos... eso no es normal en ti.
Me senté en el sofá y no hice más que mirar hacia la pared de la sala de estar, mi mente estaba en otro sitio y ni siquiera yo sabia donde.
- Luke, venga, tío... ¡Oye Luke!
Escuchaba a Felipe hablándome, pero no le presté la más mínima atención, pensaba en Sarah y eso me desconcertaba ¿Por qué volví a pensar en ella? ¿Por qué coño volvió ese recuerdo a mi mente?
- No sé si estaba soñando o no, pero... -. Alcancé a decir antes de que nos interrumpiera Tía Jeannette
- Chicos, ayudadme a preparar la mesa, ¿Si?
- Si, mamá, descuida.
Sonó el timbre - Yo voy -. Dijo Tío Hector dirigiéndose a la puerta.
Observé fijamente la entrada para ver quien era, al abrirse la puerta pude ver una silueta femenina y bastante familiar, y yo sabía que solo podía ser una persona.
- Después te cuento.
- ¿Por qué no mientras preparamos la mesa?
- Mira detrás de tí -. Dije haciéndole una señal a Felipe con mis ojos.
Sarah entró al apartamento y se notaba que había ido a arreglarse a su casa antes de venir, su cabello brillaba un poco con la luz, se veía bastante linda.
- Se ve linda -. Dijo Felipe rompiendo el silencio que se había producido.
- Si...
Por alguna razón sentía mi garganta seca y áspera, quería un vaso con agua, mi garganta lo necesitaba, pero no podía levantarme, estaba pegado al sofá mirando fijamente a Sarah.
Felipe chasqueó sus dedos cerca de mis ojos, logrando que me concentrara en él, algo que no odiaba, pero que si me molesta.
- No me digas que...
- Callate, sé lo que ibas a decir y es no.
- Pareciera que si.
No sabía que contestar, ni yo mismo entendía lo que me pasaba ¿Por qué después de un año de no pensar en Sarah, vuelvo a tenerla en mi cabeza? ¿Por qué tuve ese sueño de lo que viví con ella? ¿Por qué?
- Necesito un vaso con agua, saca el mantel del armario
- ¿Y tú crees que soy tu esclavo?
- Por favor...
- Esta bien...
La sequedad de mi garganta me estaba molestando, quería que desapareciera esa sensación; me serví el vaso y tomé hasta la última gota de agua helada, me sentí aliviado por un instante.
- ¡Luke! ¿Puedes ayudarme un poco, pendejo?
- Déjate de llorar, niña, ya voy
***
18:36 P.M.
Felipe y yo terminamos de preparar la mesa para la cena mientras Tío Hector terminaba de cocinar; Tía Jeannette había salido con Sarah a comprar algo, no me quiso decir que era.
ESTÁS LEYENDO
Todo Por Ti
Teen FictionSi la gente pudiera darse cuenta de lo alguien puede llegar a hacer por amor