Todo tiene un final. [Ben Parish & Cassie Sullivan]

Distintos fluidos

Cassie's P.O.V.

Mis piernas no daban más, pero tenía que seguir corriendo. Sentía las gotas de sudor caer por mi frente. Sentía las gotas de lluvia empapándome entera. Sentía las gotas de lágrimas caer por mis mejillas al tratar de salvar mi vida. Correr, cansarse y sudar mientras estas en un clima helado, es una de las peores sensaciónes que he sentido. Horrible, pero tenía que seguir.

No faltaba tanto como antes, por lo que me animaba un poco más a seguir. Me faltaba como un kilómetro para llegar a casa .Me estaba alcanzando, cada vez estaba más cerca de mí. El hombre que me perseguía me quería violar y matar, después de todo, me había seguido durante un rato desde el instituto. ¿Que se supone que debía hacer? ¿Esconderme tal vez? No, eso sería estúpido considerando que está a unos 20 metros, y claro, estoy en la calle corriendo a plena vista, y no es como que aparezca un armario de la nada y me pueda esconder. Obviamente me vería. ¿Pedir ayuda? ¡Por supuesto! ¿A quién?... Ah, claro, hay tantas personas en las calles cuando está lloviendo. Y estoy demasiado cansada y aterrada como para gritar ¿Despistarlo? No. ¿Enfrentarlo? Menos. No podía pensar claramente. Sólo pensaba en correr. No podía salir de está, y recordé a mamá, papá, Sams, y Liz... Y en que nunca los vería otra vez.

La calle se estaba acabando, así que doblé a la esquina derecha. Al recorrer un poco más, me encontraba con una especie de mercado afortunadamente con techo. Varios negocios a lo largo de la calle. Pero claro, como soy Cassie la desafortunada, estaban todos cerrados. No se cual fue el motivo, pero saqué un sprint que me quedaba y alargué mis pasos. Y Cassie la afortunada llega al rescate. De un momento a otro, mi cuerpo colisionó con otro, pero no fue cualquier tipo de choque, fue raro: la otra persona me agarró de los brazos para que parará de correr. Al levantar mi cabeza, veo a Ben Parish. Si, mi Ben Parish. Bueno, no es mío, pero saben a lo que me refiero.... Si antes no podia pensar claramente, ahora menos, por lo que comenzé a desesperarme. Volteé para asegurarme de que aún no me alcanzaba, y volteé de nuevo para ver a Ben, quien a la vez de demostrar confusión en su rostro, me tenía aún agarrada del brazo.

"Hey, ¿Qué te ocurre, estas bien?" Me dijo.

"Yo... Yo... Yo-no...." Apenas podía hablar. Estaba demasiado cansada y nerviosa para siquiera terminar la oración.

Miré por la calle, y lo ví, estaba a unos metros corriendo como desquiciado hacia mí. No sabía que hacer. Con lo despistada que soy, no reaccioné, cuando el chico ya estaban frente a mi.

"Vaya, vaya, vaya. Miren lo que tenemos aquí." dijo el chico, que era muy alto. "Que linda pareja, ¿No lo crees Ben?"

"Largo" Escuché a Ben decir. "Vete si no quieres que nada malo suceda. Te conozco Thompson, será mejor que te marches, claro, a menos que quieras que te saquen del juego"

Y ahora mi cerebro empezó a funcionar. Thompson está en el equipo con Ben, y el no me iba a matar. Seguramente sólo me quería asustar, después de todo, se le notaba al ver su risa burlesca estampada en la cara. Y ahora, me siento como una estupida al pensar que un chico de mi edad- que a mi defensa, parecía mayor desde lejos- quisiera dañarme incluso conociéndome... Bueno, ubicándome.

"Bien" Dijo sin parar de sonreír. "Pero no le digas nada al entrenador. Sólo era una apuesta que hicimos con los chicos. Lamento asustarte Cammi"

Entonces Thompson dió media vuelta y empezó a caminar de regreso a la escuela. Sentí una mezcla de ira y confusión al verlo marcharse tan tranquilamente después de lo que hizo.

"¿Estás bien?" Dijo Ben, revisándome de pies a cabeza.

Oh. Dios. Santo. Lo habia olvidado, el estaba a mi lado, soltandome del brazo mientras acomodaba su mochila. Ben Parish me está hablando. Sentí mis mejillas arder, y luego recordé que estaba hecha un asco, sudada, llorando, roja y toda mojada.

"S-Si" Dije maldiciendo cada segundo. Se que estaba actuando como una tonta, empapada de varios fluidos.

Se quedó unos segundos pensando en Dios sabrá qué, mientras sostenía su mochila que le colgaba por el hombro y me miraba fijamente a los ojos sonriendo levemente. Seguramente no se quiere reír en mi cara por el desastre que está viendo.

"Vamos".