*Framale narra*
Primero de todo quiero agradecer a Augusto por dejarme contar esto. Dejando la boludes de lado empiezo: era un día común. Acababa de terminar el segundo llanto del día cuando me percaté de la precencia de una chica, una mujer, ya saben: esas personas que no tienen bolas. Estaba dentro de mi departamento sentada en el sillón.
Me quedé aproximádamente 7 minutos y 47 segundos con 584 milésimas seguidas mirándola, sin parpadear ni respirar. Okno, sí estaba respirando pero ya me entienden.
Pasado ese tiempo ella se dio cuenta que la estaba mirando y en un tono medio despectivo y enojado dijo:
-¡Salí de mi casa!
Me quedé atónito y después de unos segundos respondí:
-¡¿What?!
-Lo que escuchaste, ¡Salí de mi casa!
-No voy a salir de ningún lado. No es tu casa.
Al mismo tiempo que estaba diciendo esto, ella estaba buscando algo en su cartera. Cuando encontró ese "algo", lo sacó. Era un papel en cual decía que mi departamento pertenecía a la bien hija de perra de la señorita Juana Higaldo.
Me resistí a salir, pero unos policías, que al parecer también estaban adentro de mi casa, me hecharon a base de salchichazos (sin malpensar).
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Framale
RandomEsta no es cualquier historia. Es la historia de un chico. Ya se que estan pensando: "ehh, ai mushas istoryas de chicozz, disliquee". Pero esta es diferente. Y claro porque si fuera igual a otra me demandarían por copyright.