¡Hola, tia Isabel!
Ya estoy en Barbizon, después de caminar tres semanas o incluso más. Mientras venía a Barbizon, me encontré con la policía francesa. Me escondí y no me vieron, pero ya sabes que es posible que no te pueda volver a escribir porque me pueden coger en cualquier momento, y me gustaría poder leer alguna carta tuya.
Al llegar a Barbizon, me sorprendí de lo pequeño que era. Como me habían dicho en Champcueil, tenía que preguntar en una casa rodeada de campo nada más llegar. Pregunté si me podía quedar por lo menos un mes y dijeron que sí, pero que tenía que salir solo por las noches. Supongo que me lo dijeron para que la policía no me pillara. La gente de los pueblos es muy simpática conmigo. Esa gente que dice que los franceses son unos descarados no tiene ni idea.
Con tanto tiempo en Francia estoy aprendiendo mucho francés, y me gusta. Así, algún día, podremos hablar las dos en francés. Que sé que te gusta mucho.
Des de Barbizon,
Te quiere, Amy.
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Te quiere, Amy.
ContoPara la tia Isabel. Desde la cárcel de París, recorriendo toda Francia, escribo mi viaje de fugitiva a la tia Isabel, la única persona que sé que me quiere. Esperando que te guste esta mini-historia que se lee en una tarde.
