↪¡De la creadora de Amnesia WhatsApp, llega el libro de imaginas de Amnesia!
Aquí podrás disfrutar de One-shots, situaciones, reacciones, preguntas, y más relacionadas con este gran anime.
[ E D I T A D O: 27.04.17 ]
Al fin, llego el día. Mis amigas, compañeras y toda la gente que me llega a conocer bien, siempre dicen que tengo problemas en expresar mis sentimientos. No es mi culpa, no elegí ser así. Soy lo que se podría llamar "Kuudere".
En el instituto, hay un chico que siempre es el numero 1 de toda la escuela. Yo siempre compito con el, ya que mi deseo es llegar a ser una gran empresaria. Para ello, necesito sacar buenas notas. Hoy, era la competencia de Ciencias, la cual consta de llevsr un proyecto para el cual los maestros, más bien conocidos como "Jueces" en esta ocasión, te ponen una nota. Dirán "pero que aburrido, una nota no cambiará tu destino, etc." pero esta si, porque quien obtenga la mayor calificación, tendrá la oportunidad de una beca para estudiar en el extranjero. La oportunidad perfecta para forjar mi carrera.
Puse mis cosas en la mesa de exposiciones, y me preparé para recibir mi calificación.
Los jueces están con ese chico, tal parece que les impresionó mucho su proyecto, ya que se le ve muy confiado. Cuando al fin llegan a mi lugar, pasó algo que nunca creí que pasaría. Al parecer le faltó más "presentación" a mi proyecto. Me dieron la nota más baja de todo el curso. Sentí como mi única oportunidad se alejaba cada vez más y más de mi. Las lágrimas recorrieron mi cara al instante, no lo soporte.
Simplemente, en este trabajo, estaba mi única esperanza; y ahora no queda nada. Salí corriendo de ahí, ante la mirada de todas las personas. Tal vez todos se sorprendieron, porque no expresó mucho mis sentimientos, menos en público.
Cuando no pude más, me senté en una banca dentro de la escuela. Empecé a llorar más y más, no se porque pero no podía parar. Llore, llore, llore. Dicen que llorar es la mejor medicina, tal vez por eso no podía dejar de hacerlo. Cuando por fin sentí que ya no podía llorar más, una persona se paró enfrente de mi. Cuando alcé mi mirada me sorprendí mucho. Era el, era aquel chico con el que siempre compito.
Tal vez hasta por el sea poseedora de un pecado: Envidia.
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-Es estúpido deprimirse por algo así. -
-Tal vez no esté deprimida por eso, ¿sabes? -
-Se muy bien lo que es sentirse frustrado por eso. Yo vi tu proyecto, también vi el error que cometiste. - Dijo sin cambiar su fría expresión
-Ah sí, ¿cuál fue mi error? - Pregunté con desconfianza
-Te dedicaste a hacerlo perfecto, sin embargo no te fijaste que la perfección no existe. -
Me sorprendí... Nunca en mi vida, alguien me había dicho algo como eso.... no de esa manera.
-Sin embargo, este no es un concurso de apariencias. Lo que están calificando es la utilidad del producto. - Prosiguió.
Después de decir eso, el se marchó. Me quede un pequeño rato ahí, hasta que salí de ese lugar. Escuche como anunciaban por el micrófono al ganador... Cómo supuse, había sido el. Cuando me dispuse a irme de ahí, escuche mi nombre, cuando voltee el había sido el que me llamo.
-No es justo que alguien que haya tenido un mejor proyecto que yo, no gane. Además, esta persona necesita esto más que yo. -
No lo pude creer. El me estaba cediendo el lugar.
-¿Por qué? -
-Ya lo dije, es porque tu proyecto fue mucho mejor que el mio. - Dijo y después me sonrió... Una linda sonrisa, para ser la primera vez que la veía.
Recibí el premio, tuve la beca, me gradué, me fui a estudiar al extranjero y no lo volví a ver otra vez.
Actualidad.
Había logrado mis sueños y metas , era una exitosa empresaria. No estaba casada, mucho menos tenia hijos. Solo me concentraba en mi presente y futuro.
-Señorita _____, es hora de la reunión con los comerciantes. -
-Ah, gracias por recordarmelo Sawa. - Agradecí y dejé mi café en mi escritorio, tome mis cosas y me dirigí a la sala de juntas.
Entré, y el hombre con el que haría negocios se giró para mirarme.
Era él. No supe que hacer, simplemente me sorprendí bastante. Lo volvía a ver, después de 5 años.
-Hola de nuevo. - Él no había cambiado en nada... Era igual a como la ultima vez que lo había visto. Claro, un poco más maduro.
-H-hola... -
-Bueno, hora de hacer negocios. -
-Si... Pero, antes... Gracias... -
-¿Gracias? -
-Nunca pude agradecerte, por eso lo hago ahora. -
-Esta bien... Ya que te he encontrado de nuevo. -
Y me dedico la misma cálida sonrisa, que me había fascinado aquélla vez.
