Unicornios (Europa)

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En el medievo al unicornio se le relacionó con la pureza y se tenia la creencia de que solo una virgen podía amanzarlo.

Lo más valioso de éste ser eran sus cuernos, ya que se pensaba que tenían propiedades para detectar y neutralizar los efectos del veneno y de cualquier tipo de mal que se padeciera.

Se le llamaba alicorne a un cuerno de unicornio. Eran demasiado caros y sólo la clase noble podía pagarlos. Se dice que la reina de Inglaterra, Isabel I, poseía uno ya que en la descripción de "El cuerno de Windsor" (uno de sus más grandes tesoros) se afirma que era un auténtico alicorne. Regalo de Martin Frobisher, capitán de la armada británica, y valuado en 10 000 libras (lo suficiente para comprar un pueblo en aquella época) Martin encontró el cadáver de uno de estos seres al quedarce varado en una isla de Canadá buscando nuevas rutas maritimas, hizo las pruebas* correspondientes que se creía eran necesarias para comprobar su autenticidad y volvió a Inglaterra con el alicorne que poco después le obsequió a su reina, y en premio fue nombrado caballero. Más tarde fue destruido por los puritanos por considerarlo pagano.

*Las pruebas consistían en meter arañas, o cualquier animal ponzoñoso, dentro del cuerno del unicornio. Para probar que era efectivo éstas debían debilitarse y morir, lo que supuestamente ocurrió con el alicorne de Frobisher.

Aunque no sólo la reina de Inglaterra tuvo uno. El papa Clemente VII obsequió uno como regalo de bodas a la corte francesa por la unión de Enrique II con Catalina de Médici. El zar ruso Teodoro I Ivanovich adquirió uno antes de su coronación. En Dinamarca existió el llamado "Trono del unicornio" fabricado casi por completo con el cuerno de este ser. Felipe II de España también recibió varios como regalo, cada uno valuado 10 o 20 veces su peso en oro.

Su gran costo no sólo se debía a las propiedades que su cuerno ofrecía, si no que también a que eran muy difíciles de conseguir puesto que su presencia era rara y si no se dejaban ver, mucho menos cazar. El historiador griego Ctesias de Cnido fue el primero en describirlos y más tarde también Aristóteles, Plinio el Viejo y Claudio Eliano hicieron mención de él coincidiendo todos en que era muy difícil de cazar.

A pesar de su apariencia amable se creía que los unicornios eran territoriales, feroces, fuertes y rápidos además de solitarios ya que la hembra y el macho sólo se reunían para procrear y después se alejaban.

También se creía que al cercenar su cuerno los dejaban indefensos, ya que esto no los mataba, sin su única arma natural de defensa ante rinocerontes y leones. Esto fue lo que pudo haberlos llevado a la extinción.

Años más tarde, a mediados del siglo XVI el padre de la cirugía moderna comprobó la ineficacia del cuerno de unicornio como remedio medicinal y público sus resultados en el texto "Discurso del unicornio" haciendo referencia a los distintos tipos de animales de los que pudieron haber sido sacadas las cornamentas, entre ellos el rinoceronte, el narval y más tarde se considero el Tsaidamotherium* hedini.

*Animal descubierto en 1935, poseía un único cuerno que sobresalía de su frente. Habitó el Tíbet hace aproximadamente 23 millones de años. Sus fósiles pudieron dar origen al unicornio y su codiciado cuerno ya que poccas veces era capturado vivo y en la mayoría, como el caso de Frobisher, sólo se encontraban las osamentas.

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