Unas pequeñas risas suenan dentro del armario y casi quieres llorar del pavor que sientes.
Cierras los ojos con fuerza deseando que todo sea una pesadilla y una lágrima se desliza sabes que no es real, o eso quieres creer tu.
"¿Jugamos?"
Una voz chillona suena desde el interior. No eres ningún pequeño para estas cosas pero aún así respondes valientemente.
"¿A que te gustaría jugar?"