Estaba vestido de colores muy llamativos, tenía una peluca grande de diversos colores y un maquillaje no muy detallado. Estaba sucio, su traje tenía parches y agujeros.
El hombre tenía ojeras muy pronunciadas a pesar de sus capas gruesas de maquillaje, sus dientes eran finos y puntiagudos, no tenía pupilas, sus ojos estaban en blanco.
Por un momento casi sentiste la humedad en tu entrepierna.
El hombre de colores se quitó su redonda y roja nariz, el juego había comenzado.