La voz dentro deja de ser chillona y se convierte de pronto en una gruesa.
"Si adivinas en que mano tengo mi nariz, te dejaré libre. Pero... si te equivocas... Serás parte de mi colección de muñecos."
Pasaste saliva y con los ojos llorosos accediste.
Un hombre comenzó a salir de la oscuridad.