#Fem (5)

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—Oye...Mm, no, me molesta, ag, para...¡PARA DIJE!— me levanté exaltada y me calmé rápidamente al ver que Gandalf me había estado pasando la cola por la nariz

—Eres un niño travieso ¿Lo sabes no?— le casi regañe, se hizo el inocente acurrucándose a mi lado. Casi me dormía cuando recordé

—¡Joder! ¡Es viernes!— tomé mi celular para ver qué hora era, 7:15 bien, _____, estas tarde

No podía desayunar, así que solo me cambié y tomé mi bolso rellenándolo con cosas de la uni.

Tomé un taxi y le dije que maneje lo más rápido que podía.

Corrí al salón de Lenguaje pero era muy tarde, la puerta ya se acaba de cerrar.

Toqué dos veces la puerta, tenía el corazón en la mano, casi ni podía respirar.

—Señorita Dallas, ¿qué son estas horas de llegar?— el profesor estaba muy enojado

—Y-yo lo...siento, me dio insomnio y no vi las consecuencias— le mentí

—Que mal señorita Dallas— estaba por entrar pero el profesor me bloqueó impidiendo que pase, lo miré pidiendo una explicación —lamentablemente el llegar tarde es una falta muy severa para mí, así que vaya a dirección— mi cara se descompuso ante aquellas palabras

—¿Qué?— el pánico se reflejaba en mí

—A dirección— repitió con una sonrisa, ¿esto lo hacía por venganza?

Escuché un risotada pero no pude identificar de quién era.

—Y Doblas usted la acompaña por burlarse— ¿El chico problemas se había burlado de mí?

—¡Pero si no hice nada!— trató de defenderse

—Ahora— el profesor irradiaba ira pura

Me aparté de la puerta y caminé hacia dirección

—¡Espérame!— sentí unos pasos detrás mío pero los ignoré

—Pero te he dicho que me esperes, ____— se quejó cuando llegó a mi lado

—¿Qué quieres?— le dije seria

—Eh, baja tu humor que un poco más y me matas— trató de hacerme reír y solo consiguió ponerme más furiosa aún

—No me hables— le dije por última vez, entrando a la dirección

—Buenos días, señorita Dallas, ¿en que la puedo ayudar?— dijo el director sonriéndome amablemente

—El profesor de Lenguaje me envió aquí por llegar tarde a clases— le expliqué cambiando mi humor

—Eso no es tan grave como para que la envíen aquí...— Doblas entró interrumpiendo al director —¡Joven Doblas pero qué sorpresa!— dijo con sarcasmo por lo cual reí sin poder contenerme

Él me miró con enojo y yo seguí riendo sin importar nada. Se sentó en la silla a lado mío

—¿Y usted porqué está aquí?—

—Por burlarme de ella— respondió como si nada

—¡Así que lo admites! ¡¿Cómo pudiste?!— le grité enojada

—Señorita Dallas, cálmese, regrese al salón de clase y dígale al profesor que si vuelve a mandar otro alumno por tardanza de muy pocos minutos, lo despido— asentí y me levanté retirándome pero no sin antes escuchar lo que pasaría con el idiota ese.

—Y usted joven Doblas, queda suspendido 2 días por falta de respeto al alumnado— cerré la puerta y escuché un grito

—¿¡PERO QUÉ COJONES?!— reí tan fuertemente que sentí que el aire se me iba

Efímero |Rubén Doblas| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora