#Tre (3)

245 21 5
                                    

Un nuevo día, supongo que no será tan bueno sin la compañía de Andy aquí, pero supongo que tengo que ser optimista.

Hice lo que siempre hacía, tomar una ducha y desayuno e ir a la universidad.

Tocaba la clase más aburrida de la vida, Historia, ¿y saben porqué?, porque yo sé todo sobre la Historia y sinceramente escuchar todo lo que sé de nuevo era realmente aburrido.

Me dispuse a dormir cuando oí que me mencionaban.

—¿Señorita ____?¿Está presente?— el profesor me buscaba con la mirada

—Sí, presente— alcé la voz un poco

—¿Realizó el trabajo que encargué ayer?— ¡PERO QUÉ MIERD- ah, verdad, no vine

—Discúlpeme profesor, el día de ayer no asistí a clases—

—Bien— el profesor bajó la mirada, supongo que estaba pensando algo y removió sus cosas. Luego de una pausa habló de nuevo

—¿Quiénes no han comprendido el tema que explique ayer? Por favor, quiero que sean honestos—

Se formó un silencio demasiado incómodo, hasta que el 70% de la clase tenía la mano alzada.

—Lo que sospechaba— habló algo bajo el profesor

—Formaré parejas para que realicen un trabajo acerca temas diferentes, tienen una semana para entregarlo— nadie se quejó, una semana era la gloria para nosotros, normalmente los demás profesores te dan plazo de 2 días o incluso al día siguiente

Comenzó a llamar a las parejas, eran hombre y mujer, demonios, no conozco a chicos, eso me pasa por ser tan antisocial, solo ruego que no sea un friki.

— Doblas y _____, acérquense— ¿Doblas? Quién será...

¡NO ME JODAS PORQUE SIEMPRE ESTAMOS JUNTOS! ¿Es una señal? ¿El destino nos quiere juntos? ¡JA! Qué absurdo

—¿Tú otra vez?— dijimos al unísono

—¿Yo?— de nuevo al unísono

—Basta de discutir, aquí está su tema— tomé el papel y lo leí

—2 Guerra Mundial, me la sé de memoria, esto será fácil— fui hasta mi sitio y recién me percaté de que Rubén me estaba mirando

—¿Deseas algo?— pregunté forzando una sonrisa

—Soy tu compañero de trabajo, tenemos que planear que haremos— dijo mientras se sentaba en el lugar Andy

—Lo haré yo sola, pondré tu nombre no te preocupes— me miró extrañado

—Esa es una oferta muy tentadora, pero me niego, lo haremos juntos— ahora yo lo miré con cara de: ¿este está pendejo o que?, él sonrió convencido

—Esta bien, en mi departamento, el viernes, ¿te parece?— él asintió y sonó el timbre, esperé a que llegue el siguiente profesor.

Al terminar la casi inútil clase de Informática, ya eran las 4, lo que significaba el final de las clases.

Entré a mi departamento con todo el cansancio del mundo. Gandalf maulló dándome la bienvenida, me levanté con mucho esfuerzo y le puse comida y agua.

No debía dormir por más que quisiera, así que tomé mi celular y tomé mis audífonos para conectarlos y escuchar música.

Después de un tiempo, decidí que lo mejor sería darme un baño.

—¿Porqué tuviste que aparecer en mi vida?— mi cabeza estaba tan llena de preguntas y todas sin respuesta

—¿Porqué simplemente no quedaste como un bonito recuerdo?— terminé de ducharme y me vestí con algo ligero pero abrigador

—¡Eh! ¡____!— ¿pero quién puede estar jodiendo a esta hora?

—¿Si?— observé por la mirilla de la puerta y me sorprendí de quién era —¿Chico problemas?— abrí la puerta un poco confundida

—Perdón por molestarte pero creo que tienes algo que me pertenece— rascó su nuca con un poco de nerviosismo

—¿Yo?— pregunté algo incrédula

—Revisa tu bolso si quieres— pasó su lengua entre sus labios y metió sus manos en los bolsillos de su jean como la primera vez que lo ví

—Bien, espera aquí que traigo mi bolso— regresé a mi habitación y tomé el bolso

—¡Ay, pero que gato tan mono!— regresé con el bolso en manos y ví que Rubén acariciaba a Gandalf

—Veo que conociste a Gandalf—

—¿Gandalf? ¿Como Gandalf el gris?— asentí riendo y él se contagió de mi risa y rió conmigo

—No es muy original pero...—

—¿Pero qué dices? ¡Es un nombre demasiado original!— reímos de nuevo

—Ya, basta de alagos y regresemos al tema— él asintió y se puso serio casi inmediatamente

—Verdad..., lo siento si te incomodo pero necesito lo que tienes allí— dijo señalando mi bolso

—No me incomoda, solo me parece algo poco creíble que tenga algo tuyo en mi b— me di cuenta que tenía algo que no era mío, lo alcé y él sonrió

—Mis llaves, gracias a Dios que tú las tenías porque si no, hubiera tenido que llamar al cerrajero—

—¿Pero cómo llegó eso a mi bolso?— pregunté sintiéndome algo avergonzada

—No lo sé, tal vez cuando me acerqué a tu carpeta se me cayó del bolsillo y se coló en tu bolso— me explicó mientras mecía ligeramente las llaves

—Tal vez...¿porqué esperaste tanto tiempo en pedírmelas?—

—Estuve pensando en las probabilidades de quién podía tenerlas—

—¿y por qué simplemente no llamaste al cerrajero?—

—Mi celular se quedó sin batería—

—Oh...—

—Bueno, gracias por tu ayuda, me voy a refugiar en mi hogar— reí ante su comentario y le dí un beso en la mejilla como despedida

Cerré la puerta después de que desapareció entre las escaleras y me fuí a la cocina por algo de comida, recién me doy cuenta de lo hambrienta que estoy.

Salí de mi casa ya que no quería cocinar y no quería pedir delivery. Necesito despejar mi mente.

Ya había oscurecido, pero no hacía mucho frío gracias a Dios. Previamente de caminar unos cuantos minutos, encontré un puesto de comida rápida. Hoy comería pastas, son mis favoritas y a parte me ayudan si estoy pasando por un momento difícil.

Me senté en una mesa que estaba cerca y me dispuse a comer.

Recordé a Andy, le mandé un mensaje para ver cómo estaba. No demoró mucho en responderme, mencionó que todo estaba muy de luto pero lo estaba llevando bien.

Sonreí al saber que mi mejor amiga estaba bien, Andy es una chica muy fuerte, pero toda persona fuerte tiene debilidades y justo una de sus debilidades le estaba afectando.

—Vaya, mira lo que el viento trajo— levanté la mirada para observar a la persona que me hablabla

—¿S-Samuel?— el miedo invadió en mí, me congelé, no podía hacer nada más que mirarlo.

—Que bueno que me recuerdas, linda— sonrío macabramente

Querido ángel de la guarda si estás ahí, ayúdame.

Efímero |Rubén Doblas| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora