Efímero |Rubén Doblas|

#Sju (7)

#Nota importante al final

Andy me miró pidiéndome una explicación.

—¿Tengo que hacerlo ahora? Estoy realmente cansada— dije para que tenga un poco de piedad

—Te salvaste por hoy, Dallas—

—Gracias, ¿te quedarás hoy también?—

—No, tengo que regresar a mi humilde hogar— dijo levantándose del sillón

—Lo comprendo, adiós, gracias por apoyarme en todo— le agradecí abrazándola

—No hay de que, para eso estamos las mejores amigas ¿no?— me sonrió y se fue

Cerré la puerta y me senté en la silla de mi escritorio, prendiendo la computadora.

Un estrepitoso sonido hizo que saltara del susto. El sonido provenía de la cocina, camine con paso firme hasta allí.

—¡Gandalf! ¡Mira el desastre que haz hecho!— le regañé a mi pequeño gato

Había roto un plato tratando de alcanzar su comida.

Ahora me miraba triste, demonios, pero sí ha sido mi culpa por no haberme preocupado por él.

—Vale, perdóname, ha sido mi culpa— le dije mientras lo acariciaba y llenaba su plato con comida y agua.

Regresé a mi escritorio y me puse a jugar algún que otro juego absurdo que me encontraba en internet.

Luego de un tiempo encontré uno llamado "Yandere Simulator" en el cuál básicamente una chica mataba sus compañeros para ninguno se acercara a su senpai.

El juego era realmente creepy, ¿matar por un simple crush? Que absurdo. No creo que alguien sea capaz de eso...¿o sí?

Ahora que recuerdo, Gandalf tiene su vacuna contra los parásitos.

Eran las 7 de la noche, aún tengo tiempo.

Tomé dinero junto con mis llaves. Lo bueno de mi gato es de que es muy tranquilo, por lo que no me fue necesario comprar una jaula.

Salí y verifiqué de que estuviera bien cerrada la puerta.

La veterinaria estaba cerca por lo que no me costó tanto esfuerzo.

>>Esto tiene que ser una broma<<

—¿Rubén?—

—¿_____?—

—¿Qué haces aquí?— le pregunté algo confusa

—Pues, te recuerdo que yo también tengo gatos— respondió señalando a dos gatos. Uno era blanco y negro con ojos verdes, mientras que el otro era anaranjado con algunas rayas atigradas y sus ojos eran marrón caramelo.

—¡Soy muy monos!— dije acariciando al gato anaranjado y luego al de blanco y negro

—Ella es Raspberry y él Wilson— me informó señalando a la ojiverde y luego al ojimarrón

—Son muy tiernos— repetí

—¿Cómo está Gandalf?— me preguntó

—Hoy le toca su vacuna— le respondí mientras lo sacaba de mi jersey

—Oh, ya me lo imaginaba...¿quieres que te espere? Mi turno ya ha terminado—

—No, estoy bien, no te preocupes— le sonreí haciéndole saber de qué no había problema

—¿Segura?— que terco joder

—¡Qué sí! ¡Coño!— le respondí algo cabreada

—Entonces..., me quedo— sentó mirándome fijamente. ¿Qué?