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"Primer día de clases"
Comienzan nuevamente las clases. Tan emocionante para todos, porque eso significa el reencuentro con amigos y pasar largas horas con ellos. Pero para una persona que ha sido penada al silencio en los pasillos no puede compartir tanta euforia.
Hoy para mí es un día como cualquier otro, sin significado alguno; dado el hecho de que para todos en la escuela soy totalmente invisible; una persona que no interferiría en sus vidas, incluso alguien extraña. No reconocida.
En un principio eso me habría afectado de no ser porque estaba acostumbrada a que todos me ignoraran. Tan acostumbrada, que llegue a considerarlo como algo común; rutinario; siempre cuando tenía que entrar hacia algún tipo de sociedad; como la escuela de danzas, que tanto detestaba, al igual que las clases de piano; lo normal era ser excluida.
Desconozco las razones por lo que esto ocurre. Tal vez porque no soy del todo atractiva o tal vez sea demasiado común como para resaltar entre la gente.
Lo cierto es que con mi aspecto tan básico: cabello castaño claro, lacio, con algunas ondas en las puntas, estatura media a baja, tez blanca con un toque de color rosado en las mejillas, cuerpo esbelto más bien delgado a flaco; no podría llamar la atención de nadie. Tampoco ayuda mi personalidad; de poco carácter, más bien de brazo a torcer que de pelearla, y la aparición en público es mi lecho de muerte.
Algunas personas nacieron con talento, ya sea, para el canto, el baile, la pintura, la escultura y hasta el origami; otros con inteligencia como los filósofos, científicos y matemáticos. Todos con grandes porvenires. Dadas mis cualidades podría decirse que nací para ser invisible e ignorada.
No es que esto me afecte demasiado al fin y al cabo uno acepta lo que le toco ser en la vida. Es como escuche decir al doctor Padwing; un señor mayor de edad, con poco cabello de color plata y cuantiosas arrugas alrededor de los ojos- producto se su simpatía y buen humor- que trabaja, junto conmigo, en la biblioteca pública “El saber”:
-”…todos somos estrellas que nacieron para brillar, pero siempre las hay aquellas que, por algún extraño motivo, se apagan…los estrellados”
Bueno siempre supe que el señor Padwing estaba medio desequilibrado. Por eso intente hacer caso omiso a aquellas inspiradoras palabras. Pero no pude ignorar lo ciertas que eran. Después de todo existía un claro ejemplo de ello, “yo”.
Quizás, en aquellos dos años en los que fui feliz, yo habría sido una persona de lo más normal y alegre. Junto a mis padres y, tal vez, alguna mascota como un perro, un gato o hasta un canario. Pero solo fueron dos años de felicidad, dos años de alegría; que los guardo en lo más profundo de mi memoria, porque solo es un simple recuerdo y uno muy lejano. Incluso a veces tengo la sensación de que fue un sueño largo, que duro dos años y después me desperté y me tope con la realidad. La cruda realidad.
No obstante, como dije uno siempre termina aceptando lo que le toco en la vida. No se puede correr contra el destino, pero si sobrellevarlo. Destino o no destino todo ocurre por alguna razón, y aunque se desconozca el fin, este está.
Aunque del todo no puedo quejarme, ya que, así como tuve algo de adversidad por la pérdida de mis padres siendo bebe, fui testigo de mi propia buena suerte.
Mientras dormía, al igual que mis padres, en la casa donde vivíamos, raramente se produjo un incendio. Y por algún extraño motivo, milagrosamente, fui la única que sobrevivió.
Realmente no tengo bien en claro lo que ocurrió aquella noche, al fin y al cabo, era muy pequeña para entender lo que sucedía. Solo conservo la versión que mis tutores en el orfanato pudieron darme, según la cual cuando me encontraron entre los escombros, en mi no había rastro alguno de quemaduras o algún tipo de daño interno, ni siquiera un rasguño. Debido a la magnitud de la tragedia parecía totalmente imposible que alguien saliera ileso o sobreviviera; lo que lo hacía más extraño aun. Pero aquí estoy sana y salva.
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Emily "Historia sin limites"
AdventureEn mi vida siempre estuve rodeada de sucesos eventuales sin explicaciones, probablemente porque nunca uno imagina el mundo de manera distinta. Jamás se advierte que tal vez esos acontecimientos tan insólitos siempre habitaron en nuestro cotidiano, b...