CAPITULO 13

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Lali puso una cara de sorpresa, tan, per tan feliz. Saltó a los brazos de su hermano y el la dio vueltas por el aire mientras la abrazaba.

-Vico! -dijo ella con lágrimas en los ojos. -Volviste! Te quiero mucho, te extrañé mucho.

-Sí, ya volví, La. Volví y me quedo bastante tiempo. -dijo bajándola y depositando a su hermanita en el suelo. A diferencia de la corta estatura de Lali, Victorio era alto y musculoso, con ojos verde oliva, igual que los de su madre. Abrazó a Lucas y agarró a Lali de la mano.

-Sabés que me cuesta creer que son hermanos? -dijo Lucas acariciándose la barbilla. -Porque los miró así juntitos y... la estatura no me cuadra. Te saca como tres cabezas, Mar.

Lali le pegó un puñetazo amistoso en el hombro. -Es verdad, por qué él heredó la altura?

Los tres se rieron. -Vamos a comer a algún lado? -sugirió Lucas.

-Vamos, me re tienta una pizza, no sabés el vuelo que tuve. -dijo Vico.

-Contame. -dijo Lali abrazando a su hermano con una sonrisa.

Lucas se fue en la moto al restaurante y Lali y Vico se tomaron un taxi. En el viaje se pusieron al día. Su hermano le informó que pensaba quedarse diez días en Buenos Aires.

-Sí, bueno... Diez días... Diez días puedo... me parece que puedo faltar diez días al colegio, Vico. Quiero faltar.

-No te quiero joder con el colegio, La. -dijo Vico cerrando los ojos y suspirando.

-No! No me jodés, tengo buenas notas, y esto de que nos vengas a visitar no va a ser algo frecuente, Vic. No me pasa nada si falto diez días.

-Estás segura, hermanita?

-Muy. No sabés todo lo que te extrañé, Vic. -dijo abrazándolo por enésima vez en la noche. -Además, necesito unas vacaciones.

-Eso... eso no te lo puedo negar, La. -dijo riendo.

Cenaron junto con Lucas en el restaurante, charlaron más, rieron y pasaron un buen rato. Luego de unas horas y de una cena increíble los tres se fueron a sus respectivas casas. Contentos de haber pasado una noche espectacular.

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Hacía dos días que Mariana no iba al colegio. Qué pasaba? Su amigo Lagos estaba asistiendo perfectamente, qué carajo pasaba con ella. Peter empezó a notar su ausencia en la clase de Literatura de la mañana, la primera clase, Mariana nunca faltaría a esa materia. Nunca. Jamás. Jamás de los jamases.

Luego en todo el día no la había visto. El segundo día tampoco había aparecido en ninguna clase. Y si estaba enferma? Qué iba a hacer sola? Seguro se estaba muriendo de hambre... O capaz la habían secuestrado y el banana del amigo no hacía nada.

Secuestrado? Ah, Lanzani, estás muy mal. Muy mal... Me parece que voy a pedir un turno con el analista de mi vieja.

A las nueve de la mañana del tercer día, Peter estaba más o menos desesperado. Pensaba en los posibles destinos de en donde estaría Mariana. Decidió que esperaría media hora más. Si no llegaba en ese periodo de tiempo, iría a su departamento a buscarla. A ver qué carajo le pasaba a su amiga. Necesitaba charlar con ella! Hablar, no era lo mismo hablar con sus amigos de estos temas. Bueno, lo era... pero necesitaba hablar con ella.

Media hora pasó y ni rastro de Mariana.

Me mando. Ya está.

Se rateó de la clase de dibujo técnico y se subió a su super auto. Condujo velozmente, se comió dos semáforos en rojo hasta llegar al departamento de Lali. Estaban las ventanas corridas en el cuarto piso. O sea que estaba ahí.

Una Atracción Opuesta // LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora