CAPITULO 29

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Victorio y Candela se fueron unos días después, y con ellos, el año escolar. Lali seguía sin saber de Lucas. Sus padres al parecer lo habían echado de la casa y ella lo llamaba todos los días al número en el que supuestamente estaba y le dejaba mensajes. Era su mejor amigo, después de todo.

El verano se hizo presente y con él, la necesidad de Lali de conseguir trabajo. Con un poco de suerte, consiguió un trabajo que le pagaba increíblemente bien, de secretaria en una agencia de modelaje super famosa en Recoleta. Todos los días tenía que viajar como cuarenta minutos en bus para llegar, aunque la mayoría de las veces la buscaba so novio. Su tiempo libre, sin embargo, ese tiempo era de Peter y de ella. Y con el departamento solo para ellos, no había que ser un genio para saber qué hacían exactamente.

Lali se levantó una mañana (Peter prácticamente vivía con ella en su departamento) para encontrar la cama vacía y el espacio de Peter frío. Lali frunció el ceño, estaba empezando a odiar levantarse sola.

Se puso una remera de Peter, debido a su desnudez y agarró una bombacha del cajón de su cómoda, finalmente se puso unas pantuflas y salió al living-cocina para encontrar a Peter en unos pantalones a cuadros y el torso desnudo cocinando. Sí, cocinando!

-Qué hacés? -murmuró con una sonrisa y voz de dormida.

-No sé si te diste cuenta... pero somos dos pendejos de diecisiete años que viven armoniosamente en un departamento solos. Alguien tiene que alimentarnos y debido a tu pobre, pobre habilidad culinaria... La tarea recae en mis musculosos hombros. -Le lanza una mirada traviesa.

-Bien, porque me muero de hambre. Desde cuándo cocinás? -comentó Lali sentándose en la mesa de la cocina y observando a Peter batir un café.

-Bueno... no es que cocino... lo googlé, La.

-Sos un amor. -dijo atrayéndolo hacia sí y besándolo, el café en las manos de Peter completamente olvidado.

-Tenemos que hablar, La. -dijo él con una sonrisa en el rostro, viéndola de arriba abajo y sonriendo al verla con su remera.

-Hmm? -dijo ella, besando su cuello y dejando una marca roja allí. -De qué? -esta vez lo miró a los ojos, atenta.

-Lo hacemos simple? Me voy en dos semanas. -escupió prácticamente las palabras, hablando rápido, ella, sin embargo, entendió todo.

Su rostro cayó, frunció el ceño y su labio inferior tembló un poco. -Dos semanas? -susurró, casi inaudible.

-Sí... -replicó él. -Escuchame... quiero que vengas conmigo. Mis padres tienen una casa ahí, en la playa, es super linda, actualmente la está ocupando mi prima, pero no creo que le moleste que vengas, La... Son dos meses, eso es mucho tiempo. Y yo sé, yo sé, que vos tenés este laburo que te rinde mucho, pero... si me dejaras...

-No. -lo interrumpió ella cortante. Habían tenido esta conversación múltiples veces, él se ofrecería pagarle los estudios, ella se negaría rotundamente, y así sucesivamente. -No. -repitió. -Peter, esto es algo que estoy ahorrando hace mucho y trabajando hace mucho, es un objetivo, si te dejara pagarme los estudios ahora, todo lo que yo trabaje durando años habría sido para nada. Y estoy muy cerca de lograrle, Pitt. No. -terminó de hablar y Peter no pudo evitar hincharse de orgullo ante la determinación de ella. Es que podría ser más perfecta si quisiera?

-Te admiro demasiado. -Ella sonrió levemente. - Pero, igual, La, quiero que vengas conmigo, Los Ángeles es una ciudad increíble, y... nada, estaríamos juntos la mayoría del verano.

Ella le agarró las manos. -No tenés idea lo que me tienta esa oferta... -murmuró

-Entonces aceptala...

Una Atracción Opuesta // LaliterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora