No todos los ángeles están en el cielo.

Sábado

Cuando era un niño, había una niña en mi clase muy parecida a Lima. La niña era linda y muy bien portada, a todos les agradaba y era muy lista. Su parecido es que la niña, cuando la conocí, era tremendamente feliz, hasta el punto de reír y regalar sonrisas todo el tiempo. Nunca faltaba a la escuela, era la única que iba todos los días, y nunca hacia ninguna travesura. Un día, fuera de lo común, ella faltó, nos dimos cuenta cuando la maestra tomaba lista. Le preguntamos q sucedía a la maestra y ella nos dijo que iría a preguntar. Cuando regresó, me di cuenta de que estaba alterada y muy pálida, como si hubiera visto a un muerto. Nos dijo:

-Niños, Emma se cambió de escuela, no tuvo tiempo de despedirse, porque fue una decisión un poco precipitada. Está fuera del país, o más bien, fuera de este mundo.-lo último lo dijo susurrando, al parecer fui el único que la escuchó, pero no sabía a que se refería. A mis compañeros no les duró mucho el asombro y siguieron su día como si nada, yo... Pues no me quedaba más que aceptarlo, pues era un niño.
Después de un rato, pedí permiso para ir al baño. Cuando iba de regreso al aula, vi mi maestra y a la directora hablando con cara triste. Me escondí para escuchar, y, hasta hoy, lamento haberlo hecho.
La directora dijo:

-fue trágico, ¿verdad?-

-si, pero ¿cómo sucedió?-

-Su tía, al venir, me contó que Emma era violada constantemente por su padre. Desde que tenía seis años. Durante siete años fue así hasta que el sábado su madre la encontró en su cuarto... En una carta que Emma hizo, les explicó lo sucedido. El padre fue arrestado, y el funeral es el viernes...
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En esto me encuentro pensando hoy. Pienso que nadie puede ser tan feliz... O al menos no durante tanto tiempo. Lima no es igual de alegre a como lo era Emma, pero sí comparten ese brillo en sus ojos, que te dice que por más feo que sea el momento que estén pasando, disfrutan la vida sin igual.
Ya ha pasado una semana desde que visité el lugar secreto de los chicos.
Resulta que atrás de esa enorme roca se encontraba una bella e impaciente Lima al lado de un pequeño lago. En ese momento entendí porque no querían decirle a nadie acerca de ese lugar... Era especial y muy hermoso. Casi no pude hablar con Lima, pues Henry no la dejaba sola ni un segundo, y cuando quería unirme a alguna de sus charlas me fulminaba con su mirada. Yo entendí a Henry, por eso me alejé. Cuando te gusta una chica, quieres crear momentos con ella y lograr que se enamore de ti y vaya que a Henry le gusta Lima, no deja de observarla con la mayor admiración del mundo, parece un bobo. Así que pasé la mayor parte del tiempo con Emily. Es una chica simpática, y creo que le gusto, pero no estoy muy interesado en una relación en este momento, no quiero nada serio. Sofia y Harry se fueron al otro lado del lago a platicar. Me sorprendió que cada que volteaba a ver a Lima tenía una sonrisa en su rostro. Y cuando no, tenía la misma bella mirada de concentración que el otro día.
En todo lo que restó de la semana, Lima faltó tres de cuatro días, y el último, no hablamos, ya que salimos temprano de la escuela y no hubo oportunidad, solo cruzamos miradas unas cuantas veces, en las cuales me regaló una brillante sonrisa. No volvimos a ir al lugar secreto porque llovió toda la semana, lo cual es raro porque aquí la mayoría del tiempo  hace calor, o eso me dijo mi mamá.
Así que aquí estoy, un sábado sin planes. Si, leyeron bien, YO, Adam Williams, sin planes un sábado. Esto no había pasado desde que tenía quince años. Me siento raro. Decido salir a caminar un rato. Suerte y me encuentro a alguien que quiera pasar un aburrido sábado conmigo.

Voy en el mismo punto en el que vi a Lima el otro día, cuando iba por pizza. Obviamente volteo a observar si ella está ahí lo cual es muy poco probable, pero para mi sorpresa, si está ahí. No tengo nada que perder, así que decido ir hacia ella. Llego y la encuentro ¿dormida? Eso parece, tiene los ojos cerrados y respira lenta y profundamente.