Capitulo 1 "Pensamientos"

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Era una tranquila mañana en Japón, la brisa fresca de primavera movía en un lento balance las hojas de los árboles

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Era una tranquila mañana en Japón, la brisa fresca de primavera movía en un lento balance las hojas de los árboles. Los pájaros cantaban alegremente sus melodías anunciando el inicio del bello día.

Todo podría haber seguido aquella tranquilidad de no ser por los lloriqueos de cierto dios.

-¿Por qué tanto ruido a estás horas Yukine? Es muy temprano para que empieces con...lo que sea que hagas.- se quejo Yato mientras se daba vuelta y se tapaba más con el futón.

-Hay personas que tienen cosas que hacer dios idiota. Tengo que terminar el aseo y después los deberes que me dejó Hiyori.- menciono con cansancio, ya era costumbre los malos despertar del mayor, preferiría ignorarlo y seguir con sus deberes pero eso solo hacia que se quejara más porque en sus palabras "un dios como yo no debería ser ignorado de esa forma".

Soltó un suspiro mientras se tomaba la escoba y comenzaba a quitar los pequeños restos de tierra y polvo del suelo, terminado con eso debía hacer el desayuno y tristemente no podía dejar a Yato sin comer. O tal vez si.

El dios se asomó de su escondite y miro como el joven barría con cuidado de tomar cada mota de polvo en el suelo. Comenzaba a tararear una melodía que juraba escucho cantar a Kofuku hace unos días.
Sus caderas se comenzaban a mecer de manera suave con el canto. No pudo evitar pensar que se veía bastante lindo y que parecían una pareja.

Mientras en la mente contraria, era totalmente ajena de los oscuros pensamientos que acechaban a su dios. Solo rogaba por un día de calma.
Después de su tarea decidió que había sido suficiente de aquel ser inútil de nombre Yato.

-Si no te levantas en 5 minutos está escoba sera el que ponga fin a tu existencia y preferirás que un ayakashi te coma.- con ese ultimátum Yukine salió de la habitación dirigiéndose directo a la cocina, se colocó un suave mantel de color azúl claro y comenzó a hacer un sencillo desayuno.

Yato paso saliva después de esa declaración y contra sus deseos se levantó y dobló el futón en su lugar.

"Pensándolo bien, ¿Qué hace un dios como yo siguiendo las órdenes de su shinki? Que bajo he caído pero no quiero que me dé con la escoba."

Esos eran los pensamientos de Yato mientras tranquilamente bajaba las escaleras hacia la pequeña cocina donde se encontró al pequeño Yuki haciendo el desayuno. Dirán lo que quieran pero sabía que ese adolecente realmente se preocupa por el.

Se recargo ligeramente en el marco de la entrada, mirando como el contrario seguís tarareando aquella melodía y de fondo el tocino en el sartén a fuego lento siendo acompañado por un cuatro huevos asandose y  por verduras cortadas en trozos. El arroz ya casi listo y en una pequeña olla se calentaba el resto de la sopa del día anterior.

Un sentimiento de calma y felicidad se formó en el. No pudo evitar sonreír con ternura al ver al rubio ahí, teniendo ese impulso de acercarse a abrazarlo por detrás y rodear su cintura con sus brazos.

Nuestro Secreto | Yatone [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora