Ella se ahogaba con su tristeza.
Él se ahogaba con alcohol matando penas.
Ella necesitaba a alguien para no sentirse sola.
Él necesitaba (realmente) alguien que lo amara.
Ella no soportaba la soledad.
Él necesitaba ayuda.
Ninguno de los dos se animó a jugarsela nunca por nadie.
Una vez se cruzaron en un sueño y nunca dejaron de imaginarse.
Una vez se cruzaron en un bar y nunca dejaron de verse.
Una vez sus vidas se cruzaron y nunca más sintieron que se ahogaban. Nunca más sintieron que estaban por la mitad, ambos se completaban.