capitulo 19

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Alison POV

Brent se me queda mirando atentamente. Estoy sorprendida por lo que me dice. Es imposible que Cedric esté enamorado de mi. Es simplemente una locura. O no. De todos modos, jamás me perdonará por haberlo apuñalado. Y yo amo a Adrien.

Extraño a Adrien. Lo extraño demasiado. Necesito verlo pero a la vez, sé que si lo amo, debo alejarme de él todo los que pueda para evitar el contagio del virus.

De repente la puerta se abre de golpe y aparece Ian hecho una bola de odio.
Puedo verlo en su cara.

-Brent, lárgate - le dice con un tono descortés - cuida a Cedric.

Brent, sin decir ni media palabra se marcha y me quedo sola con Ian. El miedo se apodera de mí. Ian está muy enojado y tiene los puños cerrados muy fuerte. Temo que me golpee o incluso que me mate por lo que he hecho.

Escucho la respiración acelerada de Ian como si estuviese en mi cabeza. Sus oscuros ojos se clavan en los míos. Siento como si me penetrara en los huesos.
Lo miro nerviosa. Seguramente se nota mi terror en los ojos.

Ian se me acerca enfurecido y se aferra a un mechón de mi cabello. Tira de él y siento que me lo va a arrancar. No puedo evitar llorar. Ian acerca su cara a la mía y me habla con voz ronca:

-¡¿qué hiciste?! - me grita y tira más de mi cabello - ¡¿qué hiciste?! Eres una bestia, Alison. ¡apuñalaste a Cedric! Y no sé si va a recuperarse del todo.

-Ian... - intento articular palabra pero me es imposible - suéltame por favor...

La cabeza comienza a dolerme. Los tirones son fuertes, no los soporto. Y además me zarandea la cabeza, la cual me da vueltas.

Pero a pesar de mis suplicas Ian no tiene intención de soltarme. Está fuera de sí. Se aferra más fuerte aún a mi pelo y lo tironea con más intensidad. Luego se aparta y me suelta. Agradezco para dentro sin saber que no ha terminado aún.

Ian se desabrocha el cinturón del pantalón y lo enrolla en su mano. Eso me va a doler. Me lo hizo una vez cuando era pequeña como castigo. Ya conozco esos latigazos. Y ahora, con 16 años, les sigo temiendo.

Ian suelta el cinturón sobre mi menuda pierna. Se escucha un horrendo ruido cuando ambas superficies chocan. La piel del lugar me arde como si la tuviera en llamas. Antes de que pueda siquiera pestanear, Ian vuelve a azotarme con su cinturón. Eso duele mucho más de lo que recordaba.

Lloro como jamás había llorado. Incluso más que por la muerte de mi madre.

-Ian, por favor detente - le suplico con un hilo de voz entre las lágrimas - soy tu hija; ten compasión, te lo ruego - me muerdo el labio para reprimir el dolor de un nuevo latigazo - ¡ayyy! para por favor. ¡Soy tu hija!

-Cedric también es mi hijo...

Rodeada de mordidas (RDC#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora