Enero 16
Hayley podía sentirlo, el frio que impedía a sus extremidades seguir funcionando. Fue entonces cuando comprendió la estupidez que había hecho al acompañar a su mejor amiga a aquel bar, pudo haber previsto que la iba a olvidar y dejar sola mientras ella se marchaba con el primer hombre que tuviera un trasero espectacular. Sin dinero y con solo su teléfono en el bolsillo, se vio obligada a caminar hacia su casa. Sentía alivio al saber que no caminaría más que unas cuantas cuadras.
Sin embargo, la calle oscura con el único resplandor de las farolas y solitaria como debía esperarse tan tarde por la noche, le resultaba inquietante. Unos metros antes de llegar a su edificio, donde su departamento se ubicaba, lo sintió. Una terrible punzada en el estómago, parpadeo sorprendida teniendo la sensación, sabiendo, que el aire no llegaba a sus pulmones. Se froto la garganta desesperada y las farolas de la calle estallaron una por una.
Cuando recupero el aliento, arrodillada en el suelo, puedo notarlo. Una única farola continuaba intacta y debajo de ella, un chico la miraba entre las sombras. Esos profundos ojos amarillos que la miraban expectantes, esperando algún movimiento de su parte. Hayley se incorporó con temor y corrió hacia la dirección del único lugar que creía seguro, su hogar. Corrió ignorando la brisa que se hacía cada vez más fría, corrió ignorando la sonrisa que el chico le dio a sus espaldas antes de desaparecer.
[...]
- Estas enfadada - Comento Emily, la única y mejor amiga de Hayley.
La castaña desvío la mirada de la ventana de la cafetería y coloco sus ojos sobre la pelirroja. Toda la mañana se había sentido extraña, la creciente sensación abrumadora de su estómago aumentada al creer que estaba siendo observada. Se había declarado oficialmente paranoica y trataba de convencerse que el chico de los ojos amarillos no existía, que solo fue una imaginación producida de su alcoholizada mente.
- No - Hayley suspiro - Estoy cansada. Tuve una larga noche.
- Lamento dejarte sola ayer por la noche - Emily sonrió ampliamente - Es que era tan precioso y tenía un culo hermoso.
- ¿Cómo volviste casa? - Hayley la miro divertida.
- No lo recuerdo - La pelirroja se encogió de hombros - En realidad, no recuerdo nada de lo que sucedió después de haber follado.
Hayley río cómicamente y miro distraída por la ventana. Su respiración se detuvo al encontrar al chico de la noche anterior al otro lado de la calle. Podía apreciarlo perfectamente, su vestimenta negra y su figura intimidante además de sus tan extraños ojos. La castaña volteo nerviosa hacia su mejor amiga, pero esta estaba distraída tratando de hacer que una de las meseras le prestara atención pero siendo dramáticamente ignorada. Miro nuevamente por la ventana con la respiración agitada, pero solo encontró una calle transitada por personas con estresantes días de trabajo.
- Hay un pésimo servicio en este lugar - La pelirroja tenía el ceño profundamente fruncido. Hayley se reincorporó y la miro.
- Hey, mi padre me traía aquí desde que aprendí a caminar. En realidad, no ha cambiado en lo absoluto.
- Pésimo servicio - Emily rectifico.
- Solo detestas ser ignorada - La castaña miro de nuevo por la ventana.
- ¿Hay algo más interesante que yo ahí afuera?
- ¿Que? - La miro sorprendida. La pelirroja sonrió extrañada.
- Tranquila, solo que desde que llegamos has estado distraída, ¿Sucede algo malo, Hayley?
- En lo absoluto solo es un día extraño, demasiado a decir verdad.
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DRAKON
FanfictionHayley estaba aterrada por el alto hombre que la observaba. Sus ojos inhumanos prometían dolor y sus suaves palabras le juraban amor. Harry era cruel como el infierno al que descendía y hermoso como el cielo que presumía.