Parte II: Soul

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Harry había desaparecido. Eso era lo que pensaba Hayley después de que no había sabido nada más del demonio, incluso llego a creer que fue producto de su imaginación. Era extraño, durante estos últimos días había visitado lugares que no recordaba hasta que se los encontraba de nuevo, lugares donde había pasado buenos momentos y sin embargo, la sensación de ser observada permanecía. Emily insistía en que debía visitar a un médico pero ella realmente no estaba enferma, solo paranoica. Creía que todo estaba en orden nuevamente, eso creía hasta que lo vio de pie en su sala.

- ¡Oh mi dios! - La chica dejo caer el plato de comida que sostenía al suelo.

- Casi - El chico frunció el ceño.

- ¿Es que acaso ustedes no saben tocar la puerta?

- Una humana que no se asusta al ver seres desconocidos - El chico de ojos azules de un chasquido había limpiado el desorden - Debo sospechar que Harry ha hecho algo en tus sentidos nerviosos sin que te percataras.

Hayley podía comprobar esa teoría, todo lo que normalmente le asustaba o le causaba asco no le producía sentimiento alguno. Se sentía vacía, como si sus emociones hubieran sido drenadas.

- ¿Quién demonios eres tú? - Hayley lo miro detenidamente.

- Louis, el ángel. Tú debes ser Hayley Becket, la humana - Miro distraídamente el lugar.

- Estoy cansada de ustedes, invadiendo mí tranquilidad con sus asuntos misteriosos - La castaña se cruzó de brazos.

- Soy tu ángel guardián, Hayley - el chico susurro.

- No estoy en peligro - Comentó defensivamente.

- ¿Interactuar con un demonio no es estar en peligro?

- No me ha hecho daño.

- Pobre chica ilusa, tú no tienes idea sobre lo que sucede a tu alrededor - Sus ojos azules destilaban molestia.

- ¿Qué es lo que sucede exactamente a mi alrededor?

- Harry es un devorador de almas, Harry esta aquí para matarte.

[...]

- ¿Te gustaría salir esta noche? - Niall pregunto. Hayley lo miro distraída.

- Claro, ¿Quién más ira? - Suspiro. El chico hizo una mueca.

- Solo tú y yo - Dijo. La castaña lo miro con las cejas levantadas.

- Oh - Sonrió nerviosa - Claro, será divertido.

- Genial - El rubio río contento - Iré a tu escritorio cuando la hora de trabajo termine, de ahí podríamos salir a comer.

- Es una idea estupenda - Contesto cortésmente.

La chica estaba tensa, no por que Niall el que creía su amigo la hubiera invitado a salir. Estaba tensa porque podía sentir una respiración fuerte, como si la persona estuviera enfadada, contra su cuello. Una respiración que podía asegurar no era la de un ángel.

Pero al darse la vuelta, la castaña no encontró absolutamente nada.

[...]

Hayley guardaba sus cosas en su bolsa, mirando alternativamente el reloj que se encontraba en el escritorio. Niall debió de estar aquí hace más de cuarenta minutos; lo que la hizo pensar que tal vez el rubio lo haya olvidado o se haya retrasado, de cualquier forma, Hayley quería llegar a casa y dormir. Mientras caminaba por el pasillo hacia el ascensor las luces comenzaron a parpadear y antes de que la castaña presionara el botón para que las puertas de la caja de metal se abrieran, estas lo hicieron automáticamente. Un imponente y visiblemente molesto Harry salió del interior. La chica retrocedió al ver el disgusto del demonio.

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