2

268 24 2
                                    


Las voces en su cabeza se agitaban más en su cabeza a medida que el impala se acercaba a la ciudad. Una terrible jaqueca se quería apoderar de su paciencia y sentía la necesidad de salir corriendo de aquel lugar.

Belha se encontraba en el asiento trasero al lado de Sam, quien no le había dirigido la palabra pero le daba miradillas de vez en cuando. En el asiento de frente se encontraban Dean manejando y la oficial en el otro asiento.

Cuando el letrero de "Bienvenidos" se posó frete a sus ojos, Belha estallo...

- Detén el auto – grito con desespero. El chillido de los neumáticos al detenerse abruptamente, llenaron los oídos de todos. Belha rápidamente abrió la puerta y salió, respirando pesadamente.

Miraba hacia todos lados en busca de algo que le diera respuestas, pero estaba claro que no las encontraría en la entrada de un pueblo. Se escuchó una puerta abrir, y sabía perfectamente que era Dean.

Dio media vuelta para poder verle, pero por el rabillo de sus ojos pudo ver otra cosa a la lejanía. su vista se fijó hacia el frente de la carretera, mas allá de aquel gran letrero en color verde. Eran almas. Cientos de ellas. Todas mirando hacia su dirección y alejándose rápidamente de esta.

Los recuerdos de la muerte de Allison, su compañera de clases, quien había cruzado a través de ella, llegaron. El miedo la embargo al darse cuenta que no podría soportar que todas aquellas personas pasaron hacia la gran dicho luz, que era ella.

- ¿Estás bien? – miro hacia Dean, quien la miraba con preocupación.

- No – le respondió con toda sinceridad – yo... no puedo seguir con ustedes

- ¿Que? ¿Estás loca? No pienso dejarte ir sola

- Iré a buscar a Miles. Yo... yo necesito alejarme de este lugar. Están estas voces en mi cabeza que no me dejan en paz y toda esa gente muer allá adelante y yo... yo no puedo.

Dean parcia pensarlo un poco, y Belha temía que respondiera que no, que tenía que acompañarlos, pero para su sorpresa no fue así...

- De acuerdo - soltó un suspiro – llámame si pasa algo, ¿de acuerdo?

Belha asiento. Dean la miro por varios segundos más para luego caminar de nuevo al carro. Cuando el motor del impala rugió en vida nuevamente, Belha cerró sus ojos y pensó en Miles...

(....)

El gran humo entro por su boca agarrándola por sorpresa. La mujer rubia acababa de regresar del centro comercial y estaba a punto de abajar las bolsas del mandado. Sus ojos se tornaron rojos y luego de un chasquido con los dedos, volvieron a la normalidad.

Crowley miro hacia todos lados con la mirada llena de confusión. Volvió a chasquear los dedos. Al ver que nada pasaba nuevamente, miro en el interior del auto de aquella mujer que ahora poseía, cogió una gran "L" y cerró la cajuela del auto.

- Como en los viejos tiempos - dijo para sí mismo y encamino hacia la entrada de aquella casa. entro con cuidado, sin hacer demasiado ruido. Una fragancia a vainilla inundo sus fosas nasales.

- ¿Marn? ¡Aquí abajo! - una voz cantarina se escuchó de entre las habitaciones. Con "L" en mano se encamino hacia aquellas escaleras delanteras y najo por ellas. Una sala estaba allí.

- ¿Qué está sucediendo? – pregunto al hombre que se acercó al... o ella.

- Solo siéntate. Pon tu trasero en el asiento... ¿esta bien? – el hombre lo acerco al asiento y el rey del infierno se acomodó en el – he estado pensando mucho sobre lo que dijiste... y yo sé que me Salí de mis cabales cuando lo dijiste. Pero no todos los días tu mujer te dice que quiere verte iniciar una fiesta con tus mejores amigos, es decir ¿tengo razón, cierto?

3º Libro: The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora