Capítulo Veinte

4.7K 187 5
                                    


El plan no lo he pensado muy bien, pero ahora que estoy sola puedo pensar con más claridad. Cuando los chicos se fueron me quedé en este parque grande sentada en un banco de madera pensando en si había sido buena idea quedarme, con las piernas sobre el banco pegadas a mi pecho.

Necesito alguna forma de entrar en el piso de Shana y saber con certeza si está o no en su casa. A lo mejor debería esperar a que salga alguno de sus tíos por la puerta o podría llamar al telefonillo de otra persona haciéndome pasar por algún vecino sin llaves para así poder entrar con discreción.

Desde mi perspectiva puedo ver con perfección la ventana de la habitación de Shana. El parque es bastante grande con muchos árboles alrededor, lo que hace que pueda ver con claridad su ventana pero ellos a mi no. Para verme tendrían que fijarse mucho y no lo harán porque no saben que estoy aquí.

Algo a mi derecha me llama la atención. Hay dos chicas riéndose al lado de una fuente y mirando al mismo edificio que yo. Entorno más los ojos y se me abre la boca de golpe al ver el familiar pelo rubio de Clary junto a una chica de pelo corto y muy mala pinta. ¿Qué demonios hace ella aquí? Esa chica no parece del mismo grupo de pijas con las que suele juntarse normalmente.

Veo cómo Clary entrega algo a la chica y se despide para a continuación marcharse en un coche que hay aparcado al lado de donde estaban.

De repente el sonido de un móvil me saca de mis pensamientos sobresaltándome.
Rápidamente me doy cuenta que es el mío así que lo cojo sin pensármelo dos veces para que la chica que tengo enfrente no se de cuenta de que estoy observándola.

-¿Diga? -Pregunto sin apartar la mirada de ella.

La chica se sienta en un banco que tiene cerca y saca su teléfono para hacer una llamada.

-¿Dónde estas, pequeña? -La voz de Will me sorprende de nuevo.

-¿Yo? Ehm... Dando una vuelta y haciendo unas compras. -Contesto sin pensar una excusa más creíble.

-Estás muy rara. ¿Te encuentras bien? Dime dónde estás, voy para allá.

-No, Will. -Contesto demasiado rápido.

-¿Por qué? ¿Es que estás con alguien? -Pregunta él con un tono de voz molesto.

-No, es que quería hacer unas compras sola, nada más. -Contesto igual de molesta.

-He terminado las clases por hoy y quiero verte. -Su tono de voz se suaviza y me derrite haciendo que mi actitud se afloje.

La chica que tengo enfrente se levanta y cuelga el teléfono. Camina hasta cruzar la calle y yo voy detrás de ella con cuidado de que no me vea.

-¿Me has oído Beth? -Dice Will de pronto.

La verdad es que no sé si me ha dicho algo más, pero si no cuelgo pronto el teléfono la chica me escuchará y se dará cuenta de que la estoy siguiendo.

-Ehm... Sí, claro.... Luego te veo ¿vale? Tengo prisa, lo siento. -Antes de que me diga nada más le cuelgo y pongo el móvil en silencio por si acaso alguien vuelve a llamarme.

La chica de pelo corto comienza a saltar la valla de los pisos en el que vive mi amiga y con nerviosismo la sigo. Aunque es un día bastante frío noto las palmas de mis manos sudorosas por el momento, no sé qué decir en caso de que me pille siguiéndola. No tiene pinta de tener mucha paciencia, así que solo me falta rezar para que no me vea.
Cruzo la calle y me acerco a la valla blanca y alta por la que se ha subido esa chica y compruebo rápidamente dónde debería poner los pies. Cuando era pequeña hacía esto muchas veces, pero han pasado muchos años de eso.

Deseo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora