Capítulo Veintiuno

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La mirada de Loren lo dice todo cuando Will sale por la puerta. Tiene una ceja levantada y está esperando una respuesta, pero, sinceramente, no sé qué puedo decirla. Abro la boca para pedirla que no se lo cuente a nadie pero ella se adelanta.

-¿Desde cuándo está roto el lavabo? Tienes el culo empapado. -Dice cuando cierra la puerta de nuestra habitación con una mueca en la cara. 

Veo como se acerca a su cama y deja su bolso encima antes de dirigirse al lavabo. 

-Pensé que ya lo sabías. -Miento. Espero que no se note la mentira en mi cara porque debo de estar roja.

Me giro rápidamente y me siento en mi cama para mirar el móvil, aunque realmente estoy observando lo que hace Loren en el baño. Abre un par de veces el grifo y comprueba que está todo bien, obviamente.

-Lo ha dejado bien tu amigo, pero no se lo digas. Es muy creído. -Pone los ojos en blanco. -Eso tampoco se lo digas. -Se ríe.

-Tranquila, no se lo diré. -Contesto sincera. No tenía pensado hacerlo aunque no me lo hubiese pedido. -Tengo que bajar para ayudar a Helen con la cena, ¿te veo en un rato? 

Loren asiente con la cabeza y continúa rebuscando en su armario cuando salgo de la habitación. Menos mal que se ha creído la mentira de Will, lo último que quiero es que la noticia vuele por la casa y llegue a oídos de Charles o alguno de los chicos. 

Cuando llego a la entrada me encuentro con la señora Helen, así que entro a la cocina junto a ella mientras me cuenta lo bien que le ha ido el día.

Al entrar en la cocina veo que hay bastante gente sentada en las mesas con apuntes por todos lados. Al mirar a la mesa de los chicos me encuentro con que están Charles, David y Will hablando. Will no parece muy contento, parece más bien molesto. Tiene el entrecejo fruncido y está mirando algo en el móvil mientras que sus dos amigos hablan entre ellos de algo que no escucho.

Intento ignorar que están ahí porque ellos tampoco me han visto, así que comienzo a ayudar a Helen con la cena. Cojo un poco de verdura para cortar mientras ella se pone con el pollo. Poco a poco me voy sintiendo más cómoda y hablo con Helen de temas triviales como el frío que hace últimamente o la visita de sus nietos para dentro de un mes.

Continúo moviendo las verduras que se están cocinando, cuando escucho una voz detrás de mí.

-Qué bien huele todo, señora Helen. -Dice Charles entre la señora Helen y yo. Le miro y rápidamente devuelvo la mirada hacia la verdura. 

-Gracias hijo, pero también tienes que darle el mérito a Beth. -Dice ella risueña, claramente encantada por el cumplido de Charles. 

Veo sus fuertes manos posadas sobre la encimera, a escasos centímetros de mí y subo la mirada para encontrarme con sus ojos.

-Hola. -Susurra con una media sonrisa.

-Ho-hola. -Contesto con el mismo tono de voz y algo avergonzada por estar a tan poca distancia de él.

-¿Podríamos hablar luego? Si tienes tiempo, claro. -Susurra de nuevo. Me entran los nervios sólo de pensar en estar a solas otra vez con él después de todo lo que ha pasado.

-Sí, claro. -Contesto a la vez que cambio mi peso de una pierna a otra sin apartar la mirada de la suya.

-Genial, entonces después de cenar te mando un mensaje y quedamos. -Me sonríe y quita las manos de la encimera, pero antes de darse la vuelta me mira otra vez. -Se te ve muy bien, por cierto. -Me guiña el ojo y se va caminando hacia la puerta.

Deseo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora