I.

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Me levanté rápidamente de la cama cuando escuché a mi madre dándome voces como una loca para que fuera a desayunar o llegaría tarde. Encendí la luz, subí la persiana y bajé volando. Cuando llegué a la cocina ayudé a mi madre a preparar las tostadas, un café para ella y un vaso de leche para mí, ya que también se tenía que ir a trabajar en 10 minutos.

-¿Qué tal has dormido, cielo?- dijo antes de dar un gran sorbo al vaso de café que estaba sujetando.

-Bueno, me quedé dormida a las 2 de la mañana pensando en el examen de Matemáticas, pero por lo demás bien-y solté una carcajada.

-¿Es hoy?-preguntó interesada-no me habías comentado nada-y me miró fijamente antes de coger su tostada de la mesa.

Me impacienté al no encontrar una respuesta para esa pregunta, y decidí no contestar. Las dos terminemos de comer a la vez, llevé los platos hasta el fregadero y empezé a caminar hacia mi habitación. Hice la cama y miré el reloj. Eran las 7:15. Me quedaban 45 minutos para hacer todo si no quería llegar tarde, y ya sabemos lo que significa llegar tarde. Entré al baño y cerré la puerta, me quité la ropa y me di una ducha para despejarme. Dejé caer el agua sobre mí, relajando todos mis músculos y a los 10 minutos salí de allí con mi cuerpo envuelto en una toalla. Fui a mi habitación y abrí el armario. Después de 5 minutos mirando ropa y debatiendo entre varios conjutos me puse unos jeans rosas, una camiseta blanca y mis Vans negras. Luego volví a entrar al baño, no sabía qué iba a hacer con mi pelo. Decidí coger el secador para arreglarlo un poco,  y la verdad que no quedó mal. Estaba bajando la escalera para coger mi mochila y mis cosas cuando sonó el timbre. Abrí y ahí estaba Nicole con su sonrisa. Es una gran chica, por cierto. Le devolví  la sonrisa y me quedé mirándola embobada.

-¿Grace?- preguntó mientras hacía señas para que yo volviera a la normalidad -¡Coge tus cosas o me temo que vamos a pasar la mañana en el despacho del director!- dijo mientras reía. Me apresuré y entré en el salón donde estaban mis cosas, las cogí y cuando estaba dispuesta a salir de mi casa con Nicole ví una notita en la puerta, la cogí y comencé a leer.

“Grace, ya sabes, he salido a trabajar y luego voy a ir a comer con Cole y con tu padre. Te he dejado la comida en el microondas, cuando llegues sólo tienes que calentarla, y recuerda fregar los platos, ¡no puedo hacerlo todo yo sola! –reí y continué leyendo- y suerte a ti y a Emily en el examen de Matemáticas, espero que saques buena nota o juro que no pisarás la calle en verano. Un beso, Mamá”. 

Cole. El jefe de mi madre. Ese que me caía tan mal. Sí, mi madre trabajaba en una oficina, y para mis padres ese “Cole” era uno de sus mejores amigos, aunque yo no lo soportara, ni a él, ni a su mujer refunfuñona ni a sus hijos. Eran todos estúpidos.

Doblé la nota y la puse donde la había dejado mi madre, mientras Nicole estaba chillándome como si se estuviera muriendo, aún en la puerta. Salí de allí y cerré la puerta con llave. Miré el reloj mientras caminaba con mi mejor amiga, eran las 8:02. Teníamos que andar a paso rápido si no nos queríamos quedar esperando en la puerta de clase. Entonces empezamos a andar un poco más rápido. Estabamos en silencio, pero no era un silencio incómodo, para nada. Hasta que a Nicole se le ocurrio hacer una pregunta estúpida que me dejó desconcertada totalmente.

-¿Sabías que Harry va a venir esta semana? –me comentó mientras sonreía como una tonta. Yo simplemente negué con la cabeza.

-Vamos, Grace. Aún sigues sintiendo algo por él, puedes engañarle a los demás pero no a mí. Soy tu mejor amiga.

-Yo no siento nada por un idiota que prometió escribirnos cartas todos los días y venir a visitarnos todos los veranos, y luego no cumplió nada. No nos escribió ni una maldita carta ni vino a visitarnos un maldito verano. Nicole, han pasado 5 años. Son suficientes para reemplazar a cualquier persona. Y ahí es donde entramos tú y yo. Seguro que ahora tiene miles de amigos y es el chico popular del instituto con una vida de lujo, y con una cola de tías esperando para salir con él. Nosotras ya no formamos parte de su vida. El verdadero Harry Styles de cuando teníamos 12 años se fue junto con sus falsas promesas y ya no va a volver. Entiéndelo de una vez- le expliqué, aunque sabía que eso le dolía tanto como a mí. Él había sido nuestro mejor amigo desde que éramos unos críos y cuando se fue nos afectó mucho. Al principio a él también, pero supongo que al llegar a Los Ángeles se le quitó.

-Tienes razón. Deberíamos olvidarle como él lo hizo. -dijo firme. –Pero no es fácil.

-Lo sé. Pero para él si lo fue. Si él es fuerte, nosotras más. -sonreí-Recuérdalo.  Ella sonrió conmigo y me abrazó. Tras andar como unos 10 minutos lleguemos a la puerta de esa cárcel. Sí, el instituto. Y encima hoy teníamos examen. Entremos y había el mismo alboroto de todos los días. Pasamos como pudimos y llegamos a nuestras taquillas, que estaban al lado. Cogimos los libros, las cerramos y caminemos por el pasillo hasta llegar a nuestra clase de Matemáticas. Cuando iba a abrir la puerta Nicole me agarró del brazo.

-¡Suerte!- dijo mientras cruzaba los dedos. Reí.

-Suerte a ti también, princesa. Y abrí la puerta. Allí estaban todos mis compañeros sentados, con las mesas separadas y con un folio encima de la mesa. Suponía que ya había empezado el examen, así que sin formar mucho jaleo nos sentemos en nuestros sitios y esperemos a que el profesor nos repartiera nuestro examen.

-Señoritas, llegan 5 minutos tarde. Espero que la próxima vez lleguen a su debida hora o no tendré problema en mandarlas con el director. –dijo mientras se acercaba a nosotras con nuestro examen, dejándolo en nuestras mesas.

-Lo sentimos. –dijimos a la vez. Pero él hizo caso omiso a nuestras disculpas y caminó hasta su mesa. –El examen acaba de comenzar. Si veo a alguien hablar, ya saben lo que sucederá. Ahora, muestrenmé sus conocimientos, tienen una hora. Abrió su ordenador y comenzó a beberse un café. Joder, qué morro tienen los profesores. La hora fue tranquila y más tarde el profesor se levantó para recoger nuestros exámenes. Los puso todos uno encima de otro y proseguimos con nuestras clases. Transcurrieron normales. El miércoles teníamos un examen de Historia. Historia. Maldita Historia. La campana anunció que tocaba recreo. Nicole y yo nos levantamos y caminemos hablando del examen hasta la cafetería, donde pedimos dos bocadillos y dos refrescos, y nos sentamos a comer en una mesa. Estabamos riendo sobre una anécdota que le había ocurrido con su hermano hace un par de días cuando su risa se cortó y su cara se puso pálida. Se quedó mirando fijamente a la izquierda, no sabía qué le pasaba.

-¿Nicole?- dije preocupada. ¿Estás bien? ¿Qué te ocurre? ¿Llamo a alguien?- ella negó con la cabeza y me señaló. Me giré y ví a un chico de ojos verdes, moreno y con el pelo rizado sentado en una mesa alejada de nosotras con Ashley, la chica popular del instituto. Estaban besándose. Mi rostro cambió totalmente.

HOLITAAAAAAAAA. ¿Os ha gustado el capítulo? Espero que sí. Sé que ha sido corto pero prometo que el siguiente será más largo y lo disfrutaréis. Bueno quería deciros que en la Sinopsis que subí el otro día tuve sólo 200 visitas y me gustaría que con este capítulo las visitas aumentaran, así que si podéis pasar la novela por vuestro Twitter o a amigas que sean Directioners, os lo agradecería un montón. Gracias también por los comentarios que me dejásteis en Twitter algunas chicas de que os había gustado la novela y queríais capítulo ya. Simplemente deciros que ya llevaba casi más de 3 meses pensando y no se me había ocurrido ningún argumento para la novela, y sin embargo ahora tengo todas las ideas muy claras y creo que os va a gustar muchísimo. Espero que sigáis leyendo y digo como en la entrada anterior, si queréis que os avise cuando suba capítulos, decirmelo. Si veo que hay visitas suficientes, subiré mañana. Mi Twitter es mullingarbiebs y el ask igual, por si queréis decirme algo. Un besote a todas, os quiero. 

Who Keeps My Heart?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora