Capítulo uno.

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Con mi mochila al hombro, encendí la pequeña y potente linterna que había traído conmigo y alumbré el mapa grande que primero había puesto en el piso duro. Estaba justo donde debería; en la esquina mas aislada de la sala de juntas, del comedor, de la oficina y de la caseta de vigilancia. Esta ala de las tres torres que existían eran nuevas, apenas construidas, no había nada por aquí, solo un bombillo en la curva del pasillo.

Si caminaba menos de un metro para el este, llegaría a una puerta eléctrica de metal que sería pan comido abrir e infiltrarme en el centro de las Torres pues aquella puerta metálica era una de la conexiones.

Me detuve a respirar profundo, pues no lo había hecho. Temblaba.

Las Tres Torres habían sido construidas apenas iniciando el año 2060, era una nueva era y el gobierno de entonces quería este lujo para los gobernadores siguientes. Todas tenían la figura de un cilindro, la de la derecha era la más alta, era considerada la vivienda, la del centro le seguía- la amplia oficina y la de la izquierda- en la que yo me encontraba- donde no estaba habitado, era la más pequeña. Cada una estaba imaginariamente dividida, con los años se había hecho más altas de como empezaron. Aunque la pequeña se había mantenido así hasta hace poco. Al rededor había un jardín de gran tamaño con bancas de piedra, fuentes donde los niños aventaban monedas y flora hermosa. Todos podemos ir a aquel jardín, y el mapa de las Torres lo podías encontrar en Internet, pero nadie sabía el sótano de la torre central. Me había costado mas de un mes descubrir la locación de este.

Una computadora vieja estaba reposando en una repisa de metal. Había una de este lado y otra exactamente del otro lado, casi nunca habían guardias en esta torre por lo pequeño que era y después de cruzar aquella puerta tendría que avanzar suficiente para que me encontrara con los guardias que rondaban en los pasillos.

Para abrir la puerta de enfrente, tenía que escribir una clave, la cual no poseía. Pero en casi todos los sistemas de seguridad, había una falla. Solo tenía que poner la combinación correcta.

Troné mis dedos uno por uno ahuyentando el nerviosismo que sentía, ya cuando había tronado el dedo meñique, con dedos firmes teclee tres números y ocho letras.

Poco a poco la puerta metálica se deslizo y desapareció en medio de la pared de la derecha. De un salto me encontraba en un pasillo al aire libre. Era un rectángulo con diez columnas de granito cuatro paredes del mismo material, el techo era negro por la oscuridad y el suelo era de piedra de pizarra. En el centro había una fuente de color blanco en medio de tierra húmeda. Parecía un instituto.

Podía escuchar susurros pero no me detuve a espiar, camine rápidamente hacia una puerta donde se leía PROHIBIDO. Saqué mi llave maestra del pequeño cierre de mi mochila y la usé.

Lo primero que ví fueron tres vitrinas en una bodega pequeña; la primera estaba tintada de negro, la segunda tenía pilas del tamaño de mi mano y la tercera tenía expuesta cientos de llames con un letrero pequeño con títulos. Una cuarta parte de estos carteles no poseía una llave pero encontré la que buscaba, se leía STO 12.

Suponía que nadie había llegado tan lejos pues la vitrina no tenía cerradura. Agarré cuidadosamente la que necesitaba y salí de aquel cuarto cerrando la puerta tras de mí.

Con una mano sostenía la llave y con la otra alcance a Lolly de mi cinturón- Lolly es una pistola muy pequeña pintada de blanco y negro que disparaba dardos tranquilizantes, no sonaba- El mapa, grabado en mi mente, indicaba que después de girar tres veces para encontrarme con tres diferentes pasillos, encontraría unas escaleras que tendría que bajar. Así lo hice. Contuve la respiración mas de una vez, pues guardias empezaron a aparecer.

Una última puerta se atravesó en mi camino, la cual abrí con la llave que acababa de adquirir. Al abrirla me tope con dos hombres de al menos dos metros, parecían armarios. Como acto de reflejo, dispare a Lolly dos veces. Ambos cayeron.

De rodillas, saqué las pequeñas cámaras, cuando desenfunde la ultima, un gemido de dolor me sorprendió. Sabía que debía actuar mas rápido.

Coloqué las cámaras una después de otra en cada puerta que encontraba en el pasillo subterráneo. Tan rápido como terminé, mi camino de reversa fue menos sigiloso y más emocionante que la última vez.

Pues había encendido una alarma.

Tiré la llave en cualquier maceta e hice mi camino devuelta al perímetro rectangular y salí por la puerta principal. Después de todo, ya me habían atrapado.

Pero no se preocupen, yo Lucille Fleming, se como sacudirme esto.

* * *

HELLO.. IT'S ME...

Y es que yo ya había publicado esta obra, pero no me estaba encantando. So esta es una versión mejorada.

MUAK.

HAZARDOUS: DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora