Olivia.

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Estaba completamente perdida. En vez de estudiar Revolución Industrial, mirarme, me encontraba sumida en mis pensamientos, preguntándome hasta cuando pararía todo este caos. Cogí mi lápiz y comencé a dibujarte, últimamente, eso me distraía de todo. Ayer me miraste y me dedicaste una hermosa sonrisa, más no me atreví a hablarte. Sentía esa sensación de molestarte. Dibuje tus labios; delgados, finos y levemente rosados. Dibuje tus ojos, simplemente hermosos. Aquellos que no me veían.
-Olivia, necesito que vayas por leche, es para la cena de hoy.
Mi madre me había dado plata para leche, en un día lluvioso como hoy no me apetecía ni salir a comprar leche. Pero órdenes son órdenes.
Olivia, eres una completa estúpida, mírate, eres una fácil. Te has acostado conmigo y pude comprobar que eres un fiasco en la cama, es una pena con esa cara bonita y ese cuerpo. Lástima que seas tan ilusa.  ¿Acaso creíste que yo en verdad te amaba? ¡Idiota!
En fin, me voy.
Vaya recuerdos. Sentía
el sabor amargo en mi boca. Sólo, olvídalo Olivia.

El aquí, ahora. |H.S| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora