Historia de Naytire

los otros

Los meses siguientes fueron agotadores. Tommy y yo entrenábamos cuatro horas al día, los siete días de la semana, todos los terrenos de lucha habidos y por haber, des de la defensa con armas, cuerpo a cuerpo y magia.

Obviamente, Tommy y yo no aceptamos de buena gana el cargo que se nos ofrecía, pero después de saber que toda Naytire nos necesitaba, no tuvimos más remedio que intentarlo.

Tommy escogió como arma el arco, porque de tenia buena puntería y era la única arma que más o menos manejaba bien. Yo, en cambio, me decante por la lanza sin punta, una vara de madera de 1'80 metros, que al igual que mi amigo, era la única arma que manejaba bien.

Después de cuatro meses de entreno, llegó la hora de salir a por nuestras bestias, poro no iríamos Tommy y yo solos, los demás elegidos nos acompañarían.

Dos semanas antes de la luna roja, 26 personas entraron por las puertas de palacio. Provenían de todas partes de Naytire, y de todas las clases sociales.

Todos los elegidos nos reunimos en la biblioteca y pude observar la variedad de personajes que éramos. De los 26 invitados, 11 eran mujeres y 15 hombres, 8 adultos, 17 adolescentes y 1 niño de 12 años. 16 pueblerinos, 8 comerciante o trabajadores (que no trabajan en el campo) y 2 nobles. En realidad nos daba igual a todos si éramos muchos o pocos, todos sabíamos que esa muy probable que no saliéramos vivos de ese bosque. No nos dirigimos la palabra, nadie cruzó palabras. No queríamos establecer amistades hasta el día de la luna roja, por temor a encariñarnos con alguien i después descubrir que no pudo con su bestia.

La muerte es algo que todos tememos por naturaleza, pero saber que para alejar-la de nosotros habrá que luchar contra ella, y que si por suerte vencemos, tendremos una vida que dependería de nosotros, a muchos nos entraba el miedo.

Esas dos semanas hasta la luna roja fueron eternas. Tommy y yo estuvimos entrenando todos los días, y todos los días se nos repetía el poema en la miente. Fue como una tortura interna que 26 personas soportamos.

Por fin llego la noche tan deseada. Todos nos reunimos en la biblioteca, y Ned dio comienzo al discurso que tanto había ensayado.

-Buenas noches a todos- dio inicio el bibliotecaria a la gran charla – antes de empezar con la recopilación de vuestros poemas, me gustaría decir-os a todos que gracias por aceptar este cargo. En realidad deberíamos ser 52 hoy, pero solo vosotros habéis sido capaces de aceptar vuestro destino y de hacer un largo viaje para venir hasta la capital. Sé que todos tenéis miedo por no saber vuestro destino al atravesar esas puertas al amanecer. Recordad vuestro entrenamiento, tened presente las palabras de vuestro poema, y procurad no matar a la bestia, pero también que no os mate a vosotros.- finalizado el discurso de Ned, Lunero (en su forma de bestia) trajo una cajita de madera con un candado de metal algo oxidado.

- llegó la hora de la recolección de poemas,- dijo Lunero- por favor, formar una fila ordenada delante de mí.-

Todos obedecimos al enorme búho con mirada de gato y entregamos nuestra valiosa mercancía a la caja de madera. Acto seguido, Lunero la cerró con el pico cuando todos terminamos.

-bien – continuó Ned- finalizada la recolección, llego la hora de irse a dormir, mañana será un día importante y necesitareis recobrar energías.-

Todos los que estábamos en la biblioteca, nos replegamos y nos fuimos a nuestros cuartos. Pero absolutamente nadie pudo dormir.

Llegó la mañana, y con ella, los primeros rallos de sol que atravesaron la ventana de mi cuarto iluminando el libro que tenía en mis manos. Me desperté. Me di cuenta de que me había quedado dormida y que faltaban 25 minutos para la gran hora. Me levante sin demasiadas ganas de mi cama, y me fui a lavarme la cara, vestirme y recoger mis armas. Elegí como vestimenta, unos pantalones de montura de cuero, camisa de algodón y chaqueta (también de cuero).