Vuelta a Alaska

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A la mañana siguiente desperté gracias a las pataditas que mi pequeña angelito daba.
Me encontraba en casa de Jake, entre sus brazos.
Sonó el teléfono y ya automáticamente supe quien seria.

-¿Tia Rouse? -. Pregunte bajito.
- Nessie, estoy fuera, sal-. Alzo la voz.
-Si, salgo enseguida-. Contesté colgando.

Me acerqué a mi lobito que aun estaba dormido, le di un beso en su cálido moflete y salí de allí.

-¿Por qué has tardado tanto?-. Preguntaba la tía Rouse metiéndome con cuidado en el coche.

-Me estaba despidiendo de Jake-. Respondí ya dentro.

-Nessie, te quiero mucho.
¿Vale?-. Respondió triste.

Arrancó el coche y salimos de la reserva a todo lo que daba aquel ferrari de la tía Alice.

Mientras la tía Rouse conducía yo iba feflexionando sobre el por que me decía eso, o por que ahora.

Y cuando me di cuenta.
-Tía Rouse, te has pasado el aereopuerto-. Dije tocando su hombro.

-Tu padre cambio de planes.
No iras a Alaska, irás a Nueva Orleans-. Cada palabra que decía la tía Rouse se incrustaba en mi alma dañándola por completo.

-Tía Rouse.
¡Da la vuelta!
¡DA LA VUELTA TIA ROUSE!
¡POR FAVOR TIA ROUSE!-. Comencé a llorar alterándome, dando golpes en las ventanas.

También vi como a ella le dolía todo esto, ya que estaba llorando.
Se trata de papá, el a mandado a la tía Rouse que haga esto, quiere alejarme de Jake.

-¿Cuánto tiempo estaré en Nueva Orleans?-. Dije aun alterada.

-Según tu padre, el resto de tu vida-.dijo llorando aun.
-Por favor Rouse, no puedes dejarme allí, en esa casa, tan alejada de la familia, no tengo trabajo, ni coche, estaré sola.
¡NO PODRÉ VOLVER!-. dije esto ultimo gritando.

-Es lo que pretende tu padre.
Iremos a verte, el solo quiere alejarte de Jake-. Susurro.

Caí rendida después de tanto llorar, hasta que la voz de Rouse me despertó.

-Nessie, hemos llegado-.susurró.
Viendo que no me levantaba me cogió en brazos y me subió a la casa acostándome en la cama.

-Lo siento, no he tenido nada que ver en esto.
A sido Edward, esperó que algún día me perdones-.beso mi frente y se fue.

Pasaron seis meses sin poder ver abrazar, tocar, besar a mi lobito.
Esto era un puto infierno.
En ocasiones intentaba salir, pero no tenia dinero.
Era Inútil.

Sonó el teléfono de casa, y me costo bastante cogerlo ya que dentro de poco tendría el bebé.

-¿Sí?-. Conteste secando mis lágrimas.

-Nessie, cariño.
¿Cómo estas?-. Era el asqueroso de mi padre.

-Lo siento.
Se ha equivocado, en esta casa no vive nadie que se relacioné con usted, adiós-. Colgué.

Un apretón daño mi barruga.
Cada cinco minutos pasaba eso, era insoportable.
Hasta que ...

¡Ya viene!

Cogí el teléfono marcando el numero de Carlisle.

-¡Carlisle, ya viene!-. Grité.
-En media hora estaré allí, aguanta Nessie-. Susurró tranquilo.

Me acosté en el sofá, resoplando y empujando, gritando a mas no poder, como si me introdujeran un hierro ardiente por la garganta.

Narra Bella:

Renesme Cullen y Jacob Black: Amor EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora