Olfato.

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Mingyu olía muy bien, más que bien, exquisito. No sabía como lo hacía, pero siempre me llegaba su aroma y era simplemente fascinante, al punto que sólo por su perfume podía saber si se acercaba, o si había estado en algún lugar. Me asombra el efecto que puede provocar en nosotros una esencia que nos agrada, cómo ésta puede influenciar en nuestros recuerdos, llevarnos al pasado, a algún momento feliz o simplemente hacernos feliz en el presente, cómo era mi caso. Mingyu usaba ese perfume apropósito, él sabía cuánto me gustaba, muchas veces se lo he dicho. De hecho, me temo que huelo a él también. Lo que me hace extremadamente feliz aunque no lo quiera admitir, sin embargo, sospecho que él lo sabe hace mucho y por eso siempre me deja sus sudaderas, impregnadas de él. Paso mucho tiempo en casa de Mingyu, como no voy oler a él, sería algo imposible. Él es muy lindo conmigo, siempre tan preocupado y detallista, tanto que me hace sentir inseguro, que no lo merezco, que no soy lo suficientemente bueno para él. El día de nuestro primer mes, él llegó a mi casa con un paquete. Me decepcioné un poco. Habíamos dicho que no nos regalaríamos nada, que pasaríamos la tarde juntos y ya. No debí creerle, me sentí terrible y me dieron unas ganas horribles de llorar. Mingyu se desesperó y entró a mi casa no sabiendo que me pasaba. Dejó caer el regalo y me envolvió con sus reconfortantes brazos. Su olor, su perfume logró tranquilizarme, lo sentí tan familiar, tan mío, que en unos minutos logré explicarle. Mingyu se rió de mí, diciendo que era tierno y quise golpearlo. Le dije que no entendía, que yo no lo merecía, que ni siquiera me había esforzado para hacerle una sorpresa, él era muy lindo y yo no le retribuía. Mingyu me miró serio y me dio la razón. Eso dolió. Entiendo que yo le dije todo eso, y de verdad era así como me sentía, pero la respuesta que esperaba era otra, que el negara todo aún sabiendo que no era así. Él tomó el paquete y me lo tendió. Ahora sí que no quería abrirlo, estaba dolido y triste y decepcionado y muchas cosas más, pero aún así no pude negarme, no a él. Abrí el regalo con los ojos de Mingyu clavados en mí, pero se sentía mal, no quería que me estuviera mirando en ese momento. Cuándo vi lo que era no pude evitar sorprenderme. Era su sudadera favorita, la que resultaba ser mi favorita también, la que siempre le pedía y nunca me prestaba, la que nunca logré usar siquiera una vez, esa sudadera estaba frente a mis ojos, en mis manos. No lo podía creer, él quería mucho este pedazo de tela ¿Y me lo estaba regalando? Lo acerqué a mi nariz y obviamente olía a él. Inconscientemente sonreí y lo miré, no sabía que decir;me debatía entre agradecerle o devolverle su prenda favorita. Antes de que pudiera decidirme Mingyu habló "Wonwoo, si crees que no eres lo suficientemente bueno, devuélveme el regalo y entenderé que no quieres sentir mi perfume nunca más" Dicho esto mi respuesta fue más que clara, no podría vivir sin su aromaNunca.

Cinco Sentidos ✧ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora