Siempre he disfrutado la comida, es algo muy importante en la vida de una persona. Siento que si estás hambriento estarás de mal humor, en cambio si has comido bien, tu ánimo estará a tope. Él, por su puesto pensaba igual. Mingyu podía estar comiendo todo el día, lo que verificaba mi pequeña teoría, él comía mucho, por ende, siempre estaba feliz. Me gustaba que él estuviera feliz, por eso siempre que lo veía le regalaba algún chocolate o alguna otra cosa parecida. Cada vez que llegaba a practicar, él se acercaba a mí haciendo alguna especie de puchero, lo que siempre me hacía reír. Lo alimentaba y él me regalaba una hermosa sonrisa, yo me daba por pagado. Mingyu era adorable.
Los papeles se invirtieron un viernes después de práctica. Ésta vez fue él quien me invitó algo. Sin embargo, no fue algún dulce; él me invitó un café. Fue ahí cuando supe algo nuevo de él. Mingyu trabajaba por las tardes, después de la escuela y de ensayar. Él trabajaba en ese café. Me dijo que nunca antes había llevado a alguien ahí, que le daba vergüenza. Me sentí bien, me sentí especial. Mingyu no me dejó elegir y menos pagar. Él me compró un chocolate caliente con crema y él se pidió un café amargo. Le pedí probar y él aceptó. No sé cómo se podía estar tomando eso, ¡estaba muy amargo! Arrugué mi nariz y él se rió de mi expresión, él dijo que yo no podía tomar su café porque yo era tan dulce como lo que ordenó por mí. No sabía que me podía sonrojar. Caminamos un rato. Él tenía el día libre y me había dicho que lo quería disfrutar. Me llevó a un pequeño parque, que se encontraba desierto por la hora, era un poco tarde, pero no tanto. Nos sentamos en una de las bancas del lugar y disfrutamos de nuestras bebidas tanto como de la compañía del otro. Estábamos conversando amenamente hasta el momento en que Mingyu se silencia de repente. Me preocupé, quizás estaba hablando de más y él ya estaba aburrido o algo parecido. Me sentí realmente incómodo así que comencé a beber rápidamente lo que quedaba de mi chocolate. Mingyu no dejaba de mirarme y yo sentía que estaba rojo como tomate. Estuve a punto de enfrentarlo, de preguntarle qué rayos le sucedía ¿Qué acaso tenía algo en la cara? Estuve a punto de preguntarle, cuando él me dio una respuesta. Agradezco haberme terminado mi vaso, sino, me lo hubiera dado vuelta encima. Al parecer sí tenía algo; crema en los labios. Y él se encargó de quitarla.
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Cinco Sentidos ✧ Meanie
Romance"Cuándo te enamoras los sentidos se agudizan... O eso dicen." Historia original. #MeanieAwards2018