Especial, 14 de febrero. Parte 2 (final)

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Caminaba a lado de Armin. Extrañamente, tenía puesto unos cascos, muy parecidos a los de Alexy solo que eran de diferente color. Comenzaba a dudar si el había hecho esto por voluntad propia.

-¿Pasa algo?- dijo mirándome.

-No, ¿Por qué le pregunta?

-Bueno...- miro a otra parte y después a mí –pues porque te has parado a medio camino.

-Oh...uh...ah- balbuce como tonta y camine hasta él.

Me miro y después chasque los dedos, sonrió cuando nuestras miradas se encontraron.

-Disculpa, lo olvide por completo.- Me puso sus cascos y después me tomo de la mano. -¿Qué quieres escuchar, tengo unas canciones de Alex, te gustan esas o quieres escuchar una de las mías?

Me quede callada, me tomo de sorpresa su cambio de humor tan repentino. Me baje los cascos al cuello.

-Dime, Armin. ¿Querías salir de verdad conmigo o es por qué te ha obligado t-

Me interrumpió.

- Pues claro que quiero salir contigo, es solo que estaba enojado con Alex porque me acompaño hasta tu casa, vaya, como si yo no me pudiera cuidar solo.-tomo mejor mi mano y caminamos –Estuvo mal, ahora me doy cuenta. Discúlpame por hacerte creer que hacia esta salida a la fuerza.

Seguí balbuceando después de eso que dijo Armin, en realidad no me esperaba todo eso, solo una simple disculpa, no ese dialogo enorme.

-He, ¿quieres que te buenas razones para que balbuces?- dijo con picardía, sonriendo y acercándose un poco más a mí.

-¡Hey, y si compramos unos helados!

Solté su mano y fui rápidamente a un puesto donde vendían helados. Voltee por unos segundos, pude ver su cara estupefacta.

Inspire con fuerza. Había evitado un beso suyo, pero que era idiota si eso era lo que quería desde la otra vez que salimos pero...fue algo demasiado rápido, ¿¡de dónde saca toda esa confianza para hacerlo así de repente y en un lugar infestado de personas!? Pues la verdad es que no le encuentro la respuesta.

"Boba"

Escuche mentalmente la voz de Rosa. ¡Y tenía razón!. Seguramente en este momento me querría crucificarme por la idiotez que acabo de cometer.

Talle mis manos, estaban sudorosas y un poco temblorosas, además de que el corazón me latía a mil por hora.

-¿De qué quiere el helado?

-¿De qué tiene?

-Chocolate y Vainilla.

-Dos de chocolate.

Los sirvió, me los dio y yo pague. Cuando salí de la fila busque a Armin, que estaba sentado en una banca. Me senté junto a él y le di el helado.

-¿Nerviosa?- pregunto un poco antes de comenzar a comerse su helado.

Lo mire y al final asentí.

-Extraño, ¿no crees?- dije comienzo mi helado.

-Pues la verdad es que...no, ¿Por qué debería de serlo?

Guarde silencio por unos segundos.

-Pues extrañamente, ahora ya no lo sé.

Río un poco, se terminó por completo el helado y tomo mi mano con firmeza.

-Venga, vamos a la feria que se puso hace poco. Seguro encontramos algo entretenido.

-¡La rueda de la fortuna!- dije sonriendo.

(...)

Armin era extraordinariamente bueno en los juegos de la feria, había ganado varios peluches, juguetes y accesorios, amablemente, me regalo algunos.

Y así fue como se pasó la tarde, entre juegos y carcajadas. La noche se acentúo sin siquiera darme cuenta.

-¡Sacarías 10 si la escuela constara de juegos!

-Pero por supuesto.- respondió sonriendo –Ya ha oscurecido, ¿algún juego al que quieras subir antes de dejarte en casa?

Lo mire, seguíamos sin decirnos nada el uno al otro en cuanto a salir juntos.

-Sí. Como ya te había dicho, la rueda de la fortuna.

Armin asintió, caminamos a la rueda, y para nuestra sorpresa esta no estaba llena de gente como las demás, avanzamos con rapidez en la fila. Tuvimos que dejar todos los premios que había ganado.

-Las damas primero.- dijo cuándo la empleada abrió la puerta de la canastilla metálica.

Cuando tome asiento, lo mire.

-Ahora tú.

Senté a mi lado.

Sin esperar, la rueda comenzó a rodar unas 5 veces, se detuvo a la sexta vez, permitiéndonos ver el hermoso paisaje en la noche.

-Lindo paisaje, ¿no crees?

-Bellísimo.- conteste al instante.

Armin sonrió y sin que yo me diera cuenta, me tomo del hombro con suavidad, me acerco a él, cuando por fin me di cuenta, ya tenía su cabeza recargada en la mía, además de que su calor me había arropado a la perfección. Sonreí con discreción, logre articular mis palabras.

-Armin...- susurre.

-¿Si?- pregunto.

-Me gustas.

-También me gustas, Ellie.- pude sentir como sonreía.

Guarde silencio. ¡Debía apurarme o podía ser que esta era la última vuelta de la rueda! Si era si, después no tendría cara para decírselo.

-¿Qu...-

Me interrumpió.

-¿Quieres ser mi novia, Ellie?

Alce la mirada, sus ojos azules resplandecían en la noche, además de que la sonrisa tierna que tenía en aquel momento solo aumentaba su encanto.

-Claro que quiero.- dije sonriendo. Recargue mi frente en su pecho.

Tomo mi barbilla y la alzo hasta que mi mirada se encontrara con la suya de nuevo, sonrió mucho más.

-Feliz san valentin, Ellie.

Me beso.

Gracias por aguantarme todo este tiempo y esperar a que publicara algo u3u se les agradece.

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