capitulo 17

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Capitulo 17:

Rugge entró con mucho sigilo en la habitación de Cande. Había estado esperando varias horas para que el sueño de Gabriel fuera profundo y no se despertara si hacían ruido.

La última vez no puedo llevar a cabo su plan porque Gabriel siempre le pedía a Cande que durmiera con él y ella accedía. Y al final siempre tenía que llevarla dormida en brazos a su habitación. En ninguna de esas ocasiones la despertaba consciente del cansancio por las reparaciones de su casa, que se estaban alargando demasiado.

Llevaban ya dos semanas viviendo todos bajo el mismo techo y desde esa ocasión en la que le pidió una clase de amor no había podido pasar tiempo con ella. Por las mañanas los tres subían al coche y dejaban a Gabriel en el colegio. Después Ruggero se encargaba de llevar a Candelaria a su apartamento donde uno de sus hombres se quedaba vigilando por si su ex o los amigos de éste aparecían.

Él tenía que trabajar por la mañana y por la tarde sin apenas descanso así que, cuando llegaba para comer, Gabriel ya estaba en medio y no dejaba ni un momento a Cande. Y por las tarde ellos dos se quedaban solos hasta tarde. Ni siquiera por la noche...

Pero esa noche su dignidad le pedía tiempo a solas y habló seriamente con Gabriel para que dejara de molestar a Candelaria y la dejara acostarse en su cama. Al menos le había hecho caso y esa noche iba a poder desquitarse de las dos semanas viviendo con una tentación y sin poder sucumbir a ella.

Cerca como estaba de la cama, se inclinó para meter las manos bajo las sábanas hasta que rozó las piernas de Cande, dormida de costado y dándole la espalda a él. Las comisuras de la boca esbozaron una leve sonrisa.

-Candelaria... - Susurró siguiendo con sus manos el camino hacia arriba.

Un pequeño gemido salido de la boca de ella le dijo que empezaba a despertarse.
Cuando llegó a las caderas la agarró para darle la vuelta. Frunció el cejo al ver que la presión que ejercía no la movía demasiado, como si algo tirara de ella. Ejerció un poco más de fuerza y oyó otro gemido, esta vez no de Cande.

-¿Qué?
-Lo siento, Rugge... - Se disculpó ella desperezándose. - Le dijiste que no me hiciera dormir en su cama pero cuando me estaba acostando vino a la habitación y me pidió acostarse aquí.
-Pequeño... - Hubiera querido decir algo más a la persona que acababa de quitarle su sitio en la cama con Candelaria pero era de su hijo de quien estaba hablando.
-Te compensaré... - Murmuró ella entrelazando sus dedos con los de él.'

Dirigió sus ojos hasta ella y la miró mitad enternecido por ver a su hijo aferrado a ella, mitad celoso porque podía tocarla de ese modo y él no, al menos no delante de él.

-¿Cómo? - Preguntó con una voz más ronca de lo normal. Si de por sí estaba excitado de tener a Candelaria en la cama, la forma en que ella le había hablado le hizo estremecerse de deseo.
-Creo que se me ocurrirán una o dos cosas. - Respondió sonriendo.

Ruggero se acercó a ella y la besó, lo único que podía hacer con su hijo delante sin posibilidad de apartarlo de Candelaria.

-Voy a darme una ducha.
-¿Ahora?
-Necesito una ducha fría...

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La relación entre Ruggero y Candelaria avanzaba bastante bien. Habían decidido no contarle todavía nada a Gabriel hasta que hablaran con él. A pesar de eso, Ruggero no tenía dudas acerca de la aceptación de Candelaria por parte de Gabriel ya era una más en la familia.

-Pórtate bien, ¿vale? - Le recordó Candelaria revolviéndole el pelo.
-Si. Ya verás como el examen de hoy me sale genial.
-Eso espero porque ayer estudiamos mucho.
-Tienes que sacar un diez para celebrarlo. - Intervino Ruggero.
-¿Qué haremos?
-Ah... Eso dependerá de la nota que saques.
-No es justo...
-Vamos. - Animó ella. - Sabes que eres capaz. Y si tu padre dice que hará una celebración, seguro que te esfuerzas más.
-¿Vendrás a recogerme después?
-Por supuesto, como siempre. Hoy le toca a... ¿Jorge? - Miró hacia Ruggero para que le confirmara si la persona que estaría con ella mientras ultimaba detalles de su piso o iba a comprar algo iba a ser él.
-Si. Ha terminado con el cliente que tenía y ahora está libre.
-¿Ves? Hoy tus compañeros se quedarán otra vez boquiabiertos cuando te vean subir al coche de Jorge.

Gabriel se rió y volvió al oír que sus amigos lo llamaban. Echó a correr hacia ellos despidiéndose con la mano de Candelaria y su padre.

Una vez dentro del coche Ruggero salió de la aglomeración de coches y enfiló el camino de nuevo a casa, no al apartamento de Candelaria.
Ella lo miró confundida.

-¿Ruggero?
-Se me ha olvidado algo en casa.
-¿El qué? No tenías que coger nada.
-Entonces finge que sí. - Replicó conteniendo una sonrisa sin mucho éxito.

Candelaria abrió la boca al darse cuenta de lo que eso significaba. Si volvían a casa estarían solos... Y podrían hacer lo que quisieran.

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Los dos entraron en la casa, Ruggero por delante. En el momento en que Candelaria cerró la puerta él se abalanzó sobre ella empujándola contra la misma y adueñándose de sus labios y su boca. Estaba caliente y húmeda y la pasión de Ruggero era voraz, le exigía que se rindiera ante él, que le ofreciera todo lo que tenía para él.

Las manos de Candelaria subieron hasta la cintura de él y tiró de las hebillas de su pantalón hacia ella queriéndolo más cerca. Ruggero no se hizo de rogar y la aplastó con más fuerza contra la puerta dejándole notar la dureza de su pene sobre el vientre.

Él estaba ocupado en los labios de ella y en su pelo cuando el teléfono comenzó a sonar.

-Maldita sea, ¿ni así? - Protestó él apartándose de ella a regañadientes. Martina reía porque sabía a lo que se estaba refiriendo. - No te muevas de ahí. - Añadió mirándola con enojo.

Ella le devolvió la mirada con diversión. A la menor oportunidad que tuviera trataría de escapar para hacer algo más entretenido ese tiempo que habían conseguido a solas.

-¿Si?
-Rugge, ¿dónde estás?
-Jorge... ¿Estás esperando a Candelaria?
-Si, se supone que debes estar aquí. ¿Ha pasado algo?

Ruggero maldijo entre dientes. Como jefe de la empresa podía llegar tarde por una vez, pero no contaba con que Jorge se preocupara en demasía.

-Se me olvidó algo en casa y tuvimos que volver. - Contestó siguiendo con la mentira.
-¿Candelaria está contigo?
-Si.
-¿Puedo ir allí? Tenemos que hablar.
-¿Ahora? - Preguntó sin poder ocultar su sorpresa y enojo.
-Es importante.
-¿No puede esperar unas horas?
-No.
-Jorge, no seas capullo...
-Ruggero, es importante. Es sobre Karol.
-¿Qué has averiguado?
-Voy para allá. - Dijo sin darle tiempo a replicar.
-¿Pasa algo? - Preguntó Candelaria. Ruggero la miró y se metió el móvil en el bolsillo.
-Que tenemos menos de treinta minutos... - Contestó tirando de ella hacia su cuerpo. - Y quiero hacer muchas cosas.
La echó sobre su hombro a pesar de la resistencia que ella ofreció y subió la escalera hacia su habitación.

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Ruggero le abrió la puerta a Jorge vestido únicamente con el albornoz. Éste enarcó una ceja al verlo así y sonrió como un zorro.

-¿Qué has descubierto?
-Después de lo que te dije, las cosas se complicaron un poco. Ya sabes que era difícil dar con el coche.
-Si, me dijiste que había gente que estaba protegiendo al tipo. - Jorge asintió.
-Tuve que recorrer los talleres infiltrándome para poder obtener alguna información que sirviera de algo y por fin logré dar con el coche. Lo arreglaron el mismo día del accidente pero fueron meticulosos al no guardar registro visible.
-¿Cómo lo encontraste?
-Digamos que tienen a una chica muy predispuesta si sabes las teclas a tocar.
-¿Sabes el nombre del propietario? - Preguntó incapaz de contener su furia por ese malnacido.
-Si... Candelaria Molfese.


pizzita💕

Una clase de amor ~Ruggelaria~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora