Los juegos

474 26 15
                                    

(Vind, En los Juegos, tercer día)

El chico de viento era de los más misteriosos representantes. No hablaba mucho, durante los "entrenamientos" se detenía a observar cualquier cosa, aunque siempre prestaba atención a cada palabra dirigida a él.

Caminaba entre un bosque, con árboles altos, cuyas ramas iban de arriba abajo, de afiladas puntas, hojas gruesas, un suelo nada nivelado que dificultaba el caminar.

Vind, al ser una criatura de viento, podía flotar entre los troncos, desplazándose de manera más rápida, deteniéndose solo cuando quería admirar algún aspecto de la flora.

Se detuvo, escuchó una voz femenina quejarse de algo. Vind puso sus pies en el suelo y se acercó caminando hacia aquella voz, encontrando a una chica de risos voluminosos diciendo palabras entre dientes.

-¿Necesitas ayuda?- preguntó Vind a la chica, acercándose más a ella, pero guardando distancia por prudencia.

La chica, cuyas ropas se habían atorado con las ramas de los árboles, dejó de forcejear y miró al joven, son una enorme sonrisa y algunos mechones cubriendo parte de su cara.

-No, gracias- contestó la chica –Puedo salir de este embrollo yo sola

-No seas tan engreída- dijo Vind, cruzándose de brazos –Si necesitas ayuda, la necesitas y punto

-Te digo que estoy bien- respondió la chica.

Vind suspiró con pesar, esta chica tenía una actitud difícil, y lo peor de todo es que creía saber lo que ella pensaba.

-Bueno...- dijo Vind, mirando a su alrededor -...ya que no necesitas ayuda, no creo que te importe que me siente aquí en frente, después de todo, supongo que te marcharás pronto

La chica casi frunce el ceño, pero logro detener sus cejas a tiempo, y en cambio, mostró una sonrisa aún más grande.

Al no recibir respuesta, Vind se sentó sobre un tronco y miró a la chica, que seguía luchando por librarse de aquella trampa en la que el árbol la tenía atrapada.

-Y... ¿cuál es tu nombre?- preguntó Vind cuando el aburrimiento se hacía presente.

-Amanda- contestó la chica –Aunque eso a ti no te importa

-Si no me importara, no lo preguntaría- fue la respuesta del joven –Yo soy Vind

-A mí no me importa tu nombre

Amanda logró zafar su ropa de las ramas, pero la fuerza que ocupó la obligó a caer al suelo. Vind se levantó rápidamente para ayudarla, estaba acostumbrado a ser todo un caballero, pero en cuanto le extendió su mano a la chica, esta se negó a aceptarla y se apartó rápidamente.

Era fácil descubrir lo que le ocurría a Amanda, al menos para Vind, que siempre había podido comprender a los demás sin siquiera hablarles. Era un don y una tortura al mismo tiempo, al menos para él.

-Por favor- pidió Vind –Entiendo esto de los amores platónicos, pero te agradecería que no quisieras alejarte de mí solo por eso... si me quieres lejos que sea porque te sientes amenazada o algo...

Las mejillas de Amanda se tornaron rojas y su mirada se paseó de un lado a otro. Era cierto, el chico le parecía guapísimo y como cualquier chica, se reusaba a que él lo descubriera.

-¿Pero qué dices?- se quejó Amanda -¡Por supuesto que me pareces una amenaza! Si se supone que tenemos que matarnos entre nosotros

-¿Y alguna vez has peleado? No, cambio la pregunta ¿Alguna vez pelearás? Con tan linda sonrisa dudo que seas muy ruda

Después del recuerdo [Crónicas de Abril #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora