Príncipe y Princesa Vulturi.

4: Instituto

Editado.

Amanda

Me sentía tan feliz con los Cullen, era... inexplicable. Todo parecía tomar su curso nuevamente.
Estaba acomodando la ropa nueva que me compró Rosalie en el armario de la habitación. Una habitación que compartía con mis nuevas primas; Nessie y Mila.

De pronto alguien tocó la puerta.

—Adelante —dije afable, la amabilidad no era habitual en mí, pero éstas personas fueron tan consideradas conmigo que me sentí obligada a serlo.

La vida siempre se encarga de enseñarnos lecciones nuevas.

—Cariño, tenemos que hablar —habló Rosalie apenas entró. Me observó indecisa, entre darme un beso en la coronilla o no. Las muestras de cariño entre los Cullen y yo aún eran algo incómodas.

Pero sabía que poco a poco nos acostumbraríamos.

—Claro, ¿Qué sucede? —pregunté acomodando las ultimas pijamas en el armario, segundos después cerré el estante.

Ni siquiera eran mías cómo tal. Es decir sí, pero Rose me las compró.

—No sé si sabías, pero Ren y Mila cursan en la preparatoria y me gustaría que tú también ingreses —hizo su propuesta, acariciando suavemente mí mejilla—Ya sabes, para que hagas amigos y convivas con humanos.

Debía admitir que aquello de la preparatoria no me hacía mucha ilusión, pero ingresaría de todas formas por respeto a la familia que me estaba dando asilo y protección.

—Me parece bien, Rose —asentí de acuerdo, dándole un beso en la mejilla. Rosalie sonrió emocionada.

Ella me veía cómo una niña pequeña a quién proteger, y lo era. Pero no me sentía cómo una.

—Y... se que elegirás la de Forks pero igualmente Carlisle me dijo que pida tú opinión —tomó asiento frente a mí, cogiendo mis manos con las suyas—, ¿Prefieres la preparatoria de Forks o de la Reserva?

No tenía idea de dónde quedaba cuál, ni que diferencia había de un Instituto a otro.

—Bueno... —sonreí indecisa— No sé, solo quiero ir a la misma que va Ness y Mila, ¿No?

Rosalie esbozó una mueca de desagrado. No comprendí la razón.

—En la reserva —bufó, cruzando sus brazos.

Arrugé las cejas. ¿Tan mala era la reserva? ¿Qué había ahí?

¿Qué carajos era la reserva en primer lugar?

—Pues la reserva será —decidí levantándome de la mullida cama— Bueno, sólo sí tú estás de acuerdo.

Aunque era obvio en su rostro que no lo estaba. Aquello me causó gracia.

—¿Enserio? ¿Por qué? —me miró incrédula.

—Rose, con todo respeto no quiero cursar un Instituto en dónde no conozco a absolutamente nadie y en la reserva tendré la oportunidad de estar con las chicas —sonreí ilusionada para calmarla y ella exhaló aire rendida.

—Pero ahí estudian los chuchos esos...

Sabía que se refería a Jacob y los demás chicos de la manada. Aquello me hizo sonreír aún más.

—Mucho mejor, así tendré la oportunidad de conocerlos y no me odiarán tanto.

Rosalie finalmente se rindió, para mí alivio.

—Bien, sí es tu decisión.. Yo la apoyaré —dijo comprensiva, dándome un abrazo y yo le correspondí.

Muchos abrazos en un día

Un rato más tarde, Rosalie salió de la habitación, esbozando una amplia sonrisa de despedida.

Suspiré agotada.

• • •

—Es genial que vayas a la reserva con nosotras Ama —celebró Renesmee acostándose en su cama, últimamente todos me llamaban Ama o Am, era... lindo. Supongo.

—La verdad sólo no quería estar sola, y además podré conocerlas mejor —me encogí de hombros, con simpleza.

Nessie y Mila asintieron muy de acuerdo. Ambas distraídas con diferentes actividades, pero siempre prestándome atención.

—No lo puedo creer —Mila abrió la boca, muy concentrada y sorprendida en su celular.

Ness y yo la miramos, ansiosas de chisme.

—¿Qué?

—¡El hijo de Sam y Emily acaba de nacer! —prácticamente se telentrasportó de su cama al sofá dónde estaba yo, Ness hizo lo mismo—¡Oh Dios, qué mono!

Me mostró una foto, dónde un bebé de piel rojiza y ojos negros posó ante la cámara llorando. Era adorable.

¿Sam? ¿El lobo alfa?

—Es horrible —rió Renesmee, con completa sinceridad. Yo reí y Mila le lanzó un osito de peluche a Ren.

—¡Oye, respeta! —dijo ofendida cómo sí se tratáse de su hijo— Pobrecito, todos los bebés son feos al nacer.

—No lo discuto —estuve de acuerdo. —¿Quién es Emily?

—La imprimada de Sam —Renesmee me lo contó todo, porque lo sabe todo. Al ser muy cercana a Jacob. Se sabía todos los chismes de la Push.

—Una imprimación —dije fascinada, aquella condición me parecía tan pura y mágica. —¿Cómo Jake y tú?

Nessie se sonrojó.

—Sí, algo así.

—Oww —Mila seguía concentrada en la foto del bebé— Quisiera ir a verlo. ¿Cuándo podremos ir a verlo?

Nos miró a Ness y a mí.

¡Ring! El teléfono de alguien sonó en notificación. Era de Nessie, quién lo revisó rápidamente.

—Pues... creo que tenemos la excusa perfecta —Renesmee sonrió emocionada— Jake me acaba de invitar a una fiesta en la reserva, mañana.

Mila rodó los ojos y yo enarqué una ceja, sin entender.

—Pues qué va, te ha invitado a tí.

—¡No seas tonta! Obvio que también a ustedes.

—Pues eso no es lo que dice el texto... —Mila lo leyó con algo de ironía. Yo sólo me reí de ambas. Dios, en todo el tiempo que llevaba aquí, sólo sabía que se peleaban TODO el tiempo.

Eran cómo el agua y el aceite. Aún así, me caían muy bien.

—¡No me importa, las llevaré así sea a rastras! —Ness ya estaba toda roja, de la molestia. Pasó a mirarme, entrecerrando sus ojitos. —¿Te gusta la idea, Ama?

—Me encanta —mentí, mostrándole la menor importancia. Después de tanto sufrimiento, lo que menos me interesaba era una fiesta. Pero tampoco planeaba arruinarles el plan.

—¡Super! Iremos todas, he dicho —dictaminó la hija de Edward y Bella.

Mila se mudó a su cama, dejándome más espacio en el sofá. Aleluya.

—Mañana ya veremos, ahora hay que... —bostezó, acomodándose bajo las mantas de su cama— Dormir.

—Bien —suspiró Ness, rendida. Se cambió a su cama y en un par de minutos ya cayó dormida. Yo me quedé en el sofá, analizando cómo era mí vida de en ese entonces en adelante.

Finalmente, las horas transcurrieron. Intenté dejar de pensar y me cambié a mí comoda cama. Cerré los ojos y me dejé llevar por los brazos de Morfeo.

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Espero que les haya gustado. Dejen sus votos. <3