amores prohibidos(remus lupin)

algo raro pasa

Narrador

Camila se encontraba parada en el umbral de la ventana de su cuarto, con todo su cuerpo ensangrentado, se inclinó hacia delante, para tirarse, pero una lechuza la agarra del pelo metiéndola para el cuarto. Camila no se había dado cuenta que Lucy estaba con ella en su cuarto. Lucy empezó a picotear suavemente a su ama, pero ésta no despertaba, por lo que la lechuza soltando un sonido extraño como de llanto salio por la ventana....

Narra Remus

*no tengo nada que hablar con usted* *... sabes que armaste un escándalo* *...ella tenía mi varita, ella me amenazó* *...sabe me lastimó, cuando me agarró del brazo, me lastimó, me dejó una marca; vallase al demonio*

Sus palabras invadían cada uno de mis pensamientos. ¿Cómo pude haberle hecho daño? SOY UN MONSTRUO, nunca me lo perdonaré. Y por su seguridad me alejaré de ella. Con estos pensamientos me quedé dormido.

Me despierto y recuerdo lo ocurrido el día de ayer. No quería ir a dar clases, pero era mi obligación, así que me dirigí al aula de 5º.

Al llegar no tengo muchas ganas de dar clase, por lo que los puse a leer; ni siquiera les di tarea.

Después de lo que me parecieron horas, el timbré sonó y los alumnos salieron disparados hacia su próxima clase.

Al levantar la mirada, puede ver como Camila les hizo una señal a sus amigos para que se adelantaran. Pero yo sigo en mi asiento.

-profesor Lupin- dice, yo levanto la mirada-¿podemos hablar?- se nota que hay tristeza en su vos.

-disculpe señorita Striklen, pero estoy muy ocupado- le digo frio y me dirijo hacia la puerta.

-profesor, espere por favor-

-NO- grito-estoy muy ocupado

-REMUS-me grita- DETENTE EN ESTE MOMENTO- yo me paro en el lugar asombrado, pero no puedo dar el brazo a torcer, tengo que protegerla del monstruo que soy.

-no puedes darme ordenes soy tu profesor-le digo, me giro para seguir mi camino pero ella hechiza la puerta para que no se abra, y uso un hechizo muy potente, del que no me acuerdo el contra hechizo. Cuando estoy por decirle que abra la puerta, una lechuza, su lechuza entra al aula y le entrega una carta. Puedo ver como su cara se trona pálida.

-Camila ¿qué pasa?- le digo acercándose. Me di cuenta tarde de lo que hacía, pero a quien engaño siempre voy a estar ahí para protegerla.

-n nada, mi abuelo, me había olvidado que tenía que volver-me dice entre lágrimas. Pero había algo de toda esta historia que no me serraba.

-tranquila veras que se recuperara-le digo

-no Remus ya le queda poco tiempo... yo yo quería que me viera graduarme, que viera a mis hijos, que que se ponga orgulloso de mi, pero no va a estar para mí en esos momentos. Ya está muerto

-todavía no- le digo un poco confuso.

-aa s si e es verdad- me dice-¿sigue pensando que es un monstruo?- me quede sin saber que decir, me había tomado por sorpresa el cambio de tema tan rápido.

-siempre lo voy a pensar, pero, a ti nunca te haría daño- le digo, aunque sé que no es cierto, puedo llegar a lastimarla en mi forma de lobo. Sin embargo ella me sonríe

- tengo que irme, tengo clase-

-está bien, nos vemos luego-

El jueves pasó y el viernes a la tarde ya estaba en la estación del tren con Camila