Sinopsis
Y allí estaba yo. De pie pero a unos segundos de caer. ¿Qué pasaría ahora? ¿Qué sería de todo lo que tenía a mí alrededor? Espera… No. Yo no tenía nada. Estaba harta de ir de aquí para allá. Que la gente me mirara de arriba abajo por las pintas que llevaba. Y lo disimulaba. Pero en el fondo esas miradas se me clavaban en el alma como cuchillos recién afilados. Había vivido en internados y casas de acogida, pero siempre me devolvían. Nadie quería a una adolescente con un carácter casi propio de una persona con atracción hacia la muerte. Lo único que me mantenía con vida era ese pequeño de mi misma sangre que me acompañaba allá donde fuera. Eso antes de que una familia de acogida me lo arrebatara. Sabía que estaría mejor lejos de mí. Pero… No podía. No podía pensar en que me despertaría y ya no estaría a mi lado, mirándome con sus pequeños ojitos color miel. “¿Qué será de mí sin ti?” Me preguntaba una y otra vez. Nada. Realmente nada me ataba ahora a éste mierda de mundo. ¿No sería lo mejor de todo quitarme de en medio definitivamente? Era fácil. Solo debía inclinarme hacia delante y acabaría perdiendo el equilibrio y cayendo al vacío. El puente sobre el que estaba situada parecía incitarme a que lo hiciera. Parecía que me gritaba “¡Venga! ¿A qué esperas? ¡Es lo que quieres!” Lo haría. Me sequé las lágrimas con las mangas de la camiseta. Nada me echaría para atrás ahora que lo había decidido…
Nada excepto él.
