-También me enteré de eso Ed. Sé que eres famoso, que cantas y que haces giras por todo el mundo en plan superestrella. Por eso me marché de casa. Si hubiera sido por lo de Casandra simplemente lo hubiera hablado contigo y punto, pero me fallaste... Me mentiste completamente sobre quien eras, Ed.
-No te mentí. Soy yo, tal cual me conoces.
-Te persiguen las adolescentes, los paparazis y todos tus fans. Adornas las paredes de más de medio mundo. No eres tú, tal cual te conozco.
-¿Cómo te enteraste?
-Cuando salí del restaurante había un montón de fotógrafos. Todos me preguntaban si había sido por mi culpa tu ruptura con esa chica...
-No fue por ti. Es más, ni siquiera estábamos juntos cuando apareció.
-Ay, Ed. No me importa el tema de la tal Casandra. Eso no es lo que me molestó. Me molestó que me mintieras sobre lo de que eres famoso. Joder... Entiendo que no confiaras en mí, no m conocías de nada, pero no creo que la solución fuera escondérmelo.
-Si no te lo conté no fue por que no confiara en ti, ¿vale? Confíe en ti desde el primer momento en el que te vi. Si no lo hice es porque quería tener a alguien que no estuviera conmigo por mi fama.
-¿Por qué me ayudaste? Ahora podrías estar tranquilo de verdad en tu casa, con tus fans... Yo... yo ya no existiría.
-No te ayudé por hacer la buena acción del famoso del año. Te ayudé porque lo sentí de verdad.
-No sé qué pensar, Eh. Somos demasiados diferentes.
-No. No lo somos. Que yo tenga fama o no, no importa.
Mike asomó la cabeza por la puerta que daba al gran comedor para ver qué pasaba con ___ y por qué se estaba entreteniendo tanto.
-¿Está todo bien? -Preguntó al verla con cara de preocupación.
-Sí. -Le contestó ___. -Déjanos solos, por favor.
Él se quedó algo extrañado por la reacción de ___, que ni siquiera despegó los ojos de aquel chico pelirrojo para mirarlo. Accedió a lo que ella le pidió y volvió al comedor a editar sus fotos.
-¿Quién era? -Le preguntó Ed.
-Creo que no tienes mucho derecho de preguntar...
Me di la vuelta y volví al comedor. Justo cuando iba a entrar, Ed me agarró del brazo, haciéndome dar la vuelta.
-No quiero dejarte aquí.
-Ed... Vete, por favor.
-¿Pasa algo? -Mike se levantó de la mesa y se puso detrás de mí, mirando Ed por encima de mí.
-No. -Dije cortante. -Suéltame, por favor.
-¿Te ha hecho algo, amor? -Me preguntó Mike, dándome un beso en la parte superior de la cabeza.
Yo me quedé helada ante ese acto. Lo miré, y él me devolvió la mirada, fijamente.
-No. Ya se va.
-Ve para adentro.
-No hace falta... Cariño. -Dije dudando.
-¿Estáis juntos? -Me preguntó Ed.
-Sí. -Respondió él antes de que yo reaccionara.
-Bueno, entonces entiendo que no quieras venir conmigo. Esto es tuyo. -Me entregó la mochila con la ropa y se dio media vuelta.
Antes de llegar a la puerta de nuevo, me miró con algo como... ¿pena?
-Que sepas que siempre me tendrás para lo que sea, ¿vale? -Yo asentí sin poder decir una palabra y lo vi alejarse.
Entré de nuevo al comedor, recogí la mochila del suelo y fui a la recepción. Cogí una llave de otra habitación y subí a ella. Al llegar, me tiré a la cama e intenté reprimir las lágrimas que amenazaban con salir por culpa de la sensación de culpa.
¿Culpa por qué? Era él el que me había fallado. Era él el que me había hecho creer ser algo que no era. Era él el que me había acogido cuando todo el mundo me había dado una patada. No podía pagarle así. Me había limitado a seguir pensando cómo horas antes sin siquiera hacer caso a sus razones. Él no era malo. Era el único que me había demostrado que le importaba mínimamente algo, hasta que había llegado a ese hostal.
Por otra parte estaba Mike. Pese a la diferencia de edad, se había comportado muy bien conmigo. Le invadí el espacio vital y no le importó en lo absoluto. Él se había adaptado a mí igual que yo lo había hecho a él en tan poco tiempo.
Ellos eran tan perecidos, pero a la vez tan diferentes... Los dos habían dado lo mejor de sí mismos para mí, pese a no conocerme. Los dos me habían apoyado y me habían tratado como a una igual. Los dos me habían entendido, igual que yo los intenté entender a ellos. ¿Y si el problema era yo? Tal vez Ed no quiso decirme que era famoso por miedo a que lo relacionaran conmigo. Y tal vez Mike solo me había llevado a su trabajo como compromiso, para que pudiera ganar algo de dinero y así pudiera irme pronto de aquí.
Era eso. Yo no estaba hecha para tener gente cerca. Yo era una persona solitaria, una persona a la que no le gustaban las aglomeraciones de gente. No podía estar un minuto más en un lugar en el que sobraba.
Me levanté de la cama, y sin dudarlo, salí de la habitación con la mochila colgada del hombro. Colgué la llave en el pomo y salí del hostal sin que me vieran.
Comencé a caminar hacia ninguna parte. ¿Dónde iría? Jamás encontraría mi hogar. ¿Tal vez el internado? No. No se habían tomado la molestia de buscarme, por lo tanto, dudé que les preocupara en qué lugar del mundo podía estar. Estaba sola. Sola yo, conmigo misma.
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-Ana:)
