Capítulo XXII

5.9K 226 5
                                    

*Narra ______* 

Dos semanas pasaron volando, las cosas no iban muy bien, era un caos, un infierno para mi. Des, el hombre que creí que era mi padre, no sabía nada de que era su hija, él fue una de las víctimas de las mentiras de Anne y Mark. Para estar seguros nos hicimos análisis y salió negativo, no eramos de la misma sangre.

Por culpa de mi madre, Des cayó en depresión, no comía lo suficiente. Con Ross lo llevamos al doctor, pero no pasaba nada. Me enfurecí tanto con aquella mujer por hacernos esto, ella decía que solo era por amo ¿Amor? Amor mis ovarios.

Dije a Des que aunque no seamos padre e hija de sangre, el siempre será mi papá, no importa lo que digan los demás.

Por otro lado en el colegio... era otro infierno más que aguantar con ocho horas seguidas. Sierra se había enterado de las cosas que pasaban en mi casa y con mi familia, se encargó de decir a todo el colegio la vida de mierda que tenía.

Pero menos mal que sabía lo de Ross y yo, porque sería un desastre más por soportar. La mitad de la escuela me hacía burlas como siempre, pero esta ves eran más fuertes, ni mi amiga Alexa podía hacer algo con esto. Ella solo me contenía, me abrasaba y me decía que algún día todo esto pararía de una u otra forma.

-Entonces... ¿_____ Styles o _______ Lynch?- dijo en voz alta Sierra a sus amigos para que yo escuchara.

-¡Maestra! quiero hacer una pregunta porque emm... tengo una pequeña dudita-

-¿Qué quieres saber Dallas?-

-¿El apellido de ______ ahora es Lynch?-

-No. Ahora cállate y haz tus actividades- una vez más la maestra dejó mal a Sierra y siguió con sus papeleos.

Con Alexa fuimos a la cafetería a tomar desayuno. Ella sabía lo que pasaba entre Ross y yo, y prometió no decirle a nadie, ni siquiera a su diario íntimo. Era grandioso tener una amiga a quien contar tus secretos y algunas cosas más. Hasta era esa típica amiga que se pelea con los novios de sus mejores amigas.

-¡Miren todos! Tenemos aquí a las dos chicas más raras de toda la secundaria- dijo Sierra poniéndose al frente de nuestra mesa.

-¿Qué quieres? - pregunté sin importancia mientras leía los mensajes tiernos de Ross.

-A mi me hablas bien ¿eh?-

-Ni en toda mi puta vida te hablaré bien- me puse de pie junto a Alexa y tratamos de marcharnos de allí lo antes posible pero fue imposible. Los amigos de Sierra estaban bloqueando el camino.

-Nos dan camino o se las verán conmigo- dijo enfurecida Alexa.

-¿Escucharon? El marimacho de Alexa Dowd nos golpeará a todos-

Pude ver una salida, di un pequeño codazo a mi amiga y señalé con la mirada aquel lugar, pero por desgracia Sierra me tomó del brazo y me arrojó al suelo. Alexa quiso defenderme pero a ella la tomaron del brazo para que no se metiera.

-Te odio tanto ______ Styles, o debo decir _____ Lynch. Eres un bicho feo, tan asqueroso que debemos aplastar lo antes posible. Eres tan patética que hasta tu mamá te mintió durante años y años porque no te ama. ¿Por qué no te suicidas de una ves por todas? Nos harías un gran favor a cada uno de nosotros. Nadie te ama ni te quiere, ni tu única amiga ni tu asquerosa familia-

Mientras mi cabeza aplastaba contra el piso, una pequeña lágrima salía. Armé valor y cada ves que Sierra me decía algo mi ira se acumulaba, mi puño se estaba poniendo cada vez más duro y hasta que por fin se disparó contra el ojo de Sierra.

Por fin... por fin cayó al piso, y no era yo, era ella. Alexa gritó y pegó una patada en los testículos del chico que la sostenía. Insultos iban y venían de la boca de Alexa mientras yo corría con mi bolso al baño.

Me encerré y me senté arriba de la tapa del inodoro, saqué un pequeño objeto con filo y con lágrimas en mis ojos volví a cortar mi muñeca, un corte hondo que expulsaba sangre, luego otro y otro.

Cuando llegué a mi casa, fui directo a mi habitación y allí estaba Ross esperándome dormido en mi cama. Se me calló el bolso del hombro asiendo ruido y que él despertara. Al verme llorar fue corriendo a abrasarme y corrió la manga de mi blusa, inspeccionó mi muñeca que aun sangraba.

Sus ojos se entristecieron de inmediato y llevo sus labios a mis cortes para besar cada una de esas líneas profundas. Le importaba si  yo estaba bien.

-No quiero verte sufrir, no quiero verte caer, ni verte con estas marcas-

-No soporto más esto Ross-

-Yo sé que puedes soportar unos meses más. Te amo mi princesa-

-Yo también Ross- mis brazos se envolvieron en su cintura, lo necesitaba tanto, necesitaba ese abrazo que me hacía sonreír y sentirme mejor.

-Oye... te tengo una sorpresa- susurró en mi oído.

-¿Qué es?-

-Ya te dije: una sorpresa. Y menos mal que es viernes, mañana a primera hora te llevaré a ese lugar.

-¡Es un lugar!-

-Mierda-

Sexo Con Mi Hermano (Ross Lynch & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora