Capítulo XIX

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El ruido de un motor estaba haciendo que me despierte, abrí mis ojos con dificultad, se me hacían muy pesados mis párpados, poco a poco fui abriéndolos.

El olor a suero hizo que volteara a ver donde estaba, me encontré con cuatro paredes color blanca.

Obviamente no estaba en mi habitación ni en otro lugar que pudiera reconocer, me senté en la cama de repente y vi a mi mamá y Ross sentados y durmiendo en una silla.

-¿Dónde estoy?-

-Anne... _____ despertó- dijo Ross sonriendo y corriendo a abrazarme.

-Mi nena. Llama a la doctora Ross. ¡Corre!- Ross corrió a la puerta, pero antes me tiró un beso sin que mamá lo viera.

-¿Qué hago aquí?- Mamá iba a responder pero una mujer entró junto a Ross, me saludó sonriéndome y garabateaba algo en su tabla.

-¿Por cuánto tiempo estuve aquí?-

-Señorita Styles estuve cinco horas aquí por perder mucha sangre. Su hermano, el señor Lynch tuvo que donarle un litro de sangre-

-¿Un litro?-

-Así es. Tendrá que quedarse por esta noche y mañana le daremos de alta- la mujer se retiró junto a mi madre, dejándonos a solas con Ross.

Él me miraba muy severo, tragué saliva y hablé.

-¿Un litro? ¿Es una maldita broma no?-

-No, no lo es. Ya sabes... somos hermanos y nuestras sangres son compatibles- su rostro se entristeció por completo, se tocaba el cabello sin más que decir.

-Gracias... te amo-

-Yo también te amo-

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Pasaron ocho mese, mis bebés estaban a punto de nacer, la doctora dijo que sería en unos días ya que se cumplirían los nueve meses de embarazo.

No eran solo gemelos... eran gemelos siameses.

Mis doctores del parto me dijeron que un bebé tendrá que sacrificarse en la operación para salvar al otro y mi mundo cayó por completo junto con el de Ross y Harry.

Solo nos quedaba ser fuerte y esperar a que aquella operación saliera bien.

Lo grandioso era que me había graduado hace cinco días con la panza grande, mi traje me quedaba muy pequeño pero no me importaba porque había recibido mi diploma.

Alexa se había graduado también, ninguna de las dos nos volvimos a hablar después de aquella sorpresa.

Sierra dijo que se iba a mi misma universidad con tan solo molestarme la existencia y todavía no entendía la razón de que me odiara tanto.

Haga lo que haga tendría que aguantar a la odiosa de Sierra Dallas.

Ross todavía seguía peleando para que el hermano de Sierra lo dejara en paz, Ross ahora se cortaba y lloraba toda la noche, yo solo lo contenía ya que también padecía de Bullying.

Ross y yo decidimos decirle a papá y a mamá de nuestra relación después de que naciera el bebé.

Decidimos llamarle Harry Antony Lynch, ya que el bebé varón se salvaría.

-Todo saldrá bien, te lo juro- trató de sonreír, pero eso era lo único que no hacía, se la pasaba llorando y depresivo. Nunca me imaginé a Ross sufriendo tanto, nunca me imaginé al carismático Ross en un estado tan malo.

Me prometía que yo estaría bien junto al niño y él. Todas las noches antes de dormir me susurraba eso.

-Te amo. No veo la hora de decirles a nuestros padres que nos amamos y que esos niños son míos. El pobre de Harry se está aguantando los insultos de parte de papá-

-Lo sé, por eso lo quiero mucho, es muy valiente al hacer esto-

-Prométeme algo-

-¿Qué cosa?-

-Prométeme que pase lo que pase tu no dejarás de luchar por una sonrisa y por estar bien-

-¿Por qué me haces prometer eso?-

-Porque quiero verte feliz-

-Entonces te lo prometo-

Sin amigos, sin nada, lo único que tenía era a Ross, Harry y a mis niños y con solo eso sonreía... o trataba de hacerlo.

Di la espalda a Ross para dormir mejor, por la enorme pansa que tenía, él me abrazaba y me frotaba la barriga.

En pleno sueño una puntada me dio un dolor tan fuerte que hizo que me sentara en la cama y me di cuenta de que ya era hora.

-Ross...- apenas susurré. Lo sacudí y él abrió los ojos preguntándome que me pasaba mientras bostezaba.

-Llama a mamá... los bebés... ya nacerán-

-¿Cómo que ya nacerán?-

-Sí.Ya nacerán-

-¿Ya?-

-¡Joder Ross llama a mamá!- este último lo grité haciendo que él corriera por mamá.


Sexo Con Mi Hermano (Ross Lynch & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora